Telefónica lanza un plan de choque para impulsar el negocio y da un paso atrás en Iberoamérica

José María Álvarez-Pallete ha lanzado un plan de choque para relanzar Telefónica. La dirección de la teleco ha presentado este miércoles al mercado un contundente plan de acción con el que pretende transformar la compañía, que cotiza en Bolsa cerca de mínimos históricos. Ese plan contempla cinco medidas de carácter estratégico, la más importante de ellas priorizar la actividad en cuatro mercados, España, Brasil, Reino Unido y Alemania, lo que supone dar cierto paso atrás en Iberoamérica. Además, la teleco creará dos nuevas unidades de negocio que aglutinará los negocios digital y de infraestructuras, redefinirá el centro corporativo y reorganizará tanto el comité ejecutivo a nivel de grupo como el organigrama de Telefónica en España.

Con este plan, aprobado por el consejo de administración de Telefónica en su reunión de los dos últimos días en Barcelona, la multinacional española aspira a obtener 2.000 millones de euros de ingresos adicionales, así como lograr dos puntos porcentuales adicionales de mejora del margen de flujo de caja operativa en el plazo de tres años, en 2022. Se trata de la primera gran revolución en la estrategia diseñada por Álvarez-Pallete desde que asumió la presidencia del grupo en abril de 2016. La convocatoria de una rueda de prensa urgente en la que han participado tanto Álvarez-Pallete como el consejero delegado, Ángel Vilá, y la directora financiera, Laura Abasolo, da idea de la importancia de las decisiones tomadas.

La primera gran medida de calado que contempla la nueva hoja de ruta de Telefónica es priorizar el crecimiento y la inversión de la compañía solo en cuatro mercados (España, Brasil, Reino Unido y Alemania), pese a que está presente en más de 14, algunos de ellos tan importantes como México. Sin embargo, según explica el grupo en su comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), esos cuatro países estratégicos concentran el 63% de los clientes y el 80% de los ingresos, el resultado (oibda) y el flujo de caja operativo.

Esta decisión supone dar cierto paso atrás en Iberoamérica, excluido Brasil, y donde opera en países como México, Perú y Chile. A partir de ahora, todos los países de la región salvo Brasil pasarán a integrarse en un «spin-off», es decir, una sociedad al margen que gestionará el negocio en esos mercados buscando seguir crecer o fusiones con otros operadores o incluso su venta. Esto va en línea con la reciente salida del grupo del Centroamérica, con la venta de todas sus filiales allí, y el mercado lleva tiempo especulando con la enajenación de la filial en México.

«Nuestras operaciones en Iberoamérica eran hasta hace unos años el motor de crecimiento de la compañía. Sin embargo, las condiciones particulares en estos mercados han impactado en la evolución de los negocios, mermando su contribución en los últimos años por distintos motivos y a pesar de los enormes esfuerzos de los equipos locales», ha justificado Álvarez-Pallete, quien no ha descartado, en este sentido, reducir la exposición del grupo a la región.

«Estamos haciendo las cosas bien, pero sentimos que tenemos que cambiar. No porque tengamos esa urgencia ni porque nadie nos lo exija», ha defendido el primer ejecutivo de Telefónica en rueda de prensa, durante la cual dibujó un escenario en el que la revolución digital está transformando el mercado y abre la puerta a nuevas oportunidades para las que la teleco debe adaptarse.

En este sentido, la cúpula de Telefónica ha acordado la creación de dos nuevas unidades de negocio. La primera, Telefónica Tech, aglutinará los negocios digitales del grupo, como ciberseguridad, internet de las cosas, «big data» y computación en la nube, líneas de actividad cuya facturación ya crece a ritmos superiores al 30%. Por otro lado, el grupo creará Telefónica Infra, que absorberá todas las infraestructuras de la compañía, empezando por el 50,01% de Telxius, la sociedad en la que aglutina parte de su red. Eso sí, Telefónica seguirá con la vista puesta en monetizar esas redes, de forma que seguirá explorando la venta de, por ejemplo, torres de telefonía.

El plan de acción diseñado por Álvarez-Pallete y su equipo ejecutivo contempla por último una reordenación de su organigrama. Al respecto, en primer lugar, se modifica la estructura del comité ejecutivo del grupo, del que salen Mariano de Beer y Bernardo Quinn y en el que Vilá gana nuevos poderes. Pero la gran transformación directiva se dará en Telefónica España, donde su consejera delegada, María Jesús Almazor, adquiere peso y competencias al aumentar sus responsabilidades sobre los ingresos y los recursos de la compañía.
Source: ABC

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