Invertir en la pujante economía digital

El auge de los teléfonos inteligentes ha cambiado las reglas del juego en el mundo de las compras. Si la llegada de internet supuso el pistoletazo de salida para el «e-commerce», los «smartphones» han contribuido a desarrollar el sector, de manera que los consumidores tienen ahora acceso a una oferta sin precedentes de productos de todo el mundo, veinticuatro horas al día, siete días a la semana. Esto ha sido posible porque las empresas con conocimientos digitales han multiplicado los productos a la venta, han acortado los plazos de entrega y han realizado esfuerzos para garantizar que los pagos sean seguros. De este modo, el comercio electrónico se ha convertido en uno de los pilares de la nueva economía digital, que se espera que crezca a una tasa promedio del 14% anual durante los próximos cinco años.

«Hay muchas oportunidades para que tanto las empresas grandes como las pequeñas tengan éxito en la economía digital», explica Jeremy Gleeson, gestor del AXA WF Framlington Digital Economy strategy, al respecto.

Impacto en el inversor
Pero, ¿qué significa esto para los inversores? Quiere decir que estamos ante «una oportunidad estructural significativa para inversores que busquen un crecimiento a largo plazo», defiende AXA IM. ¿Por qué? «Porque los millenials nativos digitales están alcanzando su pico de años de gasto, mientras que las generaciones mayores y más ricas están cada vez más conectadas y cómodas comprando en línea», añade.

Los millennials están alcanzando su pico de gasto mientras que las generaciones mayores están cada vez más conectadas

En cuanto al tipo de compañías que permiten la exposición a esta temática se encuentran los motores de búsqueda o herramientas que permiten a los usuarios encontrar los productos que buscan; las plataformas de compras propiamente dichas; las empresas relacionadas con el envío (cada vez más automatizado y transparente gracias a las aplicaciones de seguimiento del proceso); «fintech» centradas en los pagos y sociedades especializadas en la migración de los negocios analógicos al mundo digital.

Amazon es la compañía de este tipo más conocida entre el gran público pero hay muchas más. Como Zendesk, una empresa de software de servicio al cliente con sede en San Francisco.

Sin embargo, la tecnología ha tenido tan buen desempeño en los últimos años que algunos inversores podrían pensar que existe el riesgo de comprar caro. Gleeson, sin embargo, no lo ve así: «Miramos las señales de sobrevaloración del mercado en su conjunto y también de las compañías concretas en las que invertimos. Pero, para invertir en negocios de calidad y crecimiento, a veces hay que pagar una prima. Yo estoy cómodo haciéndolo si sé que tengo acceso a un negocio mejor».
Source: ABC

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