El negocio inmobiliario de lujo continúa batiendo récords en Portugal, hasta el punto de que se acaba de vender el considerado como el piso más caro puesto nunca en el mercado del país vecino: un ático en el número 203 de la calle Castilho de Lisboa, que ha sido adjudicado por 7,2 millones de euros.
Tres millonarios se disputaban la vivienda y, al final, ha prevalecido la oferta de uno de ellos, a un precio más propio de París, Londres o Nueva York. Así están las cosas en el sector al otro lado de la frontera, en una permanente subida que supera los moldes de la burbuja y se desboca sin límites aparentes.
El ático tiene 250 metros cuadrados, con un sistema de domótica de última generación, esto es, todo está convenientemente automatizado con el fin de garantizar el confort más absoluto. Además, puede disfrutarse de una piscina exterior con vistas al cercano Parque de Eduardo VII y, al fondo, asoma la desembocadura del río Tajo en el Océano Atlántico.
La transacción lleva la firma de Vanguard Properties, empresa gestionada por Claude Berda, uno de los hombres más ricos de Francia y consolidado en Portugal como el nuevo dueño del paraíso eco-chic de Comporta.
Las ventas de lujo continúan imparables en el país vecino, con una expansión espectacular en los dos últimos años y sus zonas de cobertura en clara progresión hacia el norte, aunque Lisboa y Cascais (el municipio con mayor renta per cápita en territorio luso) se llevan la palma.
De hecho, la demanda se extiende desde la villa mágica de Sintra hasta la ría de Aveiro, donde los precios comienzan a subir y las operaciones se multiplican al contado por parte de millonarios franceses, alemanes, suizos, belgas, escandinavos, rusos, chinos, brasileños o indios.
El volumen global de movimiento supera con creces los 3.000 millones de euros en el último quinquenio, de acuerdo con los datos de compraventa de inmuebles registrados en los últimos cinco años.
Portugal está de moda y, si a esta circunstancia le sumamos las ventajas fiscales y el derecho a la nacionalidad que otorga el Gobierno (ahora socialista, pero la medida proviene de cuando mandaban los conservadores) a los ciudadanos extranjeros que inviertan un mínimo de 500.000 euros, se completa entonces el perfil perfecto para que incluso los famosos adquieran viviendas, como José María Cano (ex componente del trío Mecano) al comprar un palacete en la zona lisboeta de Sao Vicente de Fora por tres millones de euros.
La burbuja inmobiliaria no se detiene, con la vertiente lujosa en primer plano. Nada extraño, por tanto, que los precios en general hayan subido un 35% en los últimos cinco años y los de la franja más exclusiva se estén incrementando un 22%.
Las grandes agencias internacionales de alto nivel, con Sotheby’s, Vanguard y Engel & Völkers a la cabeza, no cesan de abrir oficinas en Portugal.
Entre los buscadores de viviendas de ‘alto standing’, el Algarve se erige como una alternativa muy atractiva para los jubilados europeos con mayor poder adquisitivo, los mismos que buscan dejar atrás el frío y vivir tranquilos bajo el sol.
Source: ABC