La pyme latinoamericana pide un impulso a la integración comercial para romper sus límites

Un motor económico que no encuentra el terreno adecuado para desarrollar toda su potencia. Las pymes representan en torno al 99% de las empresas latinoamericanas y suman alrededor del 60% del empleo, pero su actividad apenas supone una cuarta parte del PIB regional (en España aportan el 65%). Son cifras que hablan de una region en la que la decidida vocación emprendedora está lastrada por la fuerte presencia de la actividad informal y no encuentra un terreno suficientemente abonado para crecer y subirse en marcha al imparable tren de la digitalización.

Esta semana se celebraba en Buenos Aires una cumbre empresarial para identificar esos problemas que frenan el desarrollo de las pymes iberoamericanas y encontrar palancas que impulsen su despegue. Los distintos actos -organizados por el Gobierno argentino, Segib, CEIB-CEOE, la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara de España en Argentina, la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE) y Ceaje-, concluyeron con la celebración del «III Foro Iberoamericano de la Mipyme», el espacio para poner en común todas las reflexiones sobre una transformación productiva inaplazable para ampliar horizontes.

Aunque existen diferencias significativas entre los distintos países, algunos males fueron señalados como recurrentes. Es el caso del reducido comercio interregional, que representa un 16% del total en Latinoamérica (frente al 64% de la Unión Europea), y el escaso desarrollo de las infraestructuras. «Las pymes latinoamericanas cuentan con una gran desventaja frente a sus homólogas de otras regiones comercialmente más integradas, como son la UE, Nafta y Asena, en los ámbitos relacionados con la información, la homologación de productos y la logística», explica Gerardo Cuerva, vicepresidente de CEOE y presidente de Cepyme.

Eliminar barreras
«Insistimos en que los procesos de integración regional son importantes, pues no solo implican la eliminación de aranceles sino también la erradicación de barreras no arancelarias, la homologación de estándares y la unificación de los procedimientos administrativos. Estos últimos factores adquieren una especial trascendencia para las pymes que, a diferencia de las grandes empresas, no disponen de las estructuras ni de los medios para operar en entornos normativos complejos», subraya Cuerva.

En definitiva, la integración conlleva una simplificación clave para que las pymes puedan traspasar fronteras. «Y es la mejor vía para reforzar las cadenas de valor regionales, que no solo son importantes para impulsar el comercio sino también las inversiones regionales, así como facilitar, en una fase posterior, la inserción de las pymes latinoamericanas a las cadenas de valor globales», explica el vicepresidente de CEOE.

El objetivo es cooperar en lo local para competir a nivel mundial, pero de momento las pymes se topan con un marco desestructurado que dificulta el camino hacia la Cuarta Revolución Industrial. «El problema no es la falta de emprendimiento, sino la falta de infraestructura de mercado que apoye el desarrollo y crecimiento de las pymes, y la escasa incorporación de las mismas a la economía digital, algo que incluso afecta a las empresas grandes y formales», explica Rebeca Grynspan, secretaria general de Segib. Mientras la empresa promedio de un país desarrollado dedica un 4% de sus ventas a la innovación, en América Latina esa cifra alcanza apenas el 2,5%. «Es urgente duplicar nuestra inversión en infraestructuras y logística y cuadruplicar nuestra inversión en investigación y desarrollo, así como universalizar el acceso a internet para cerrar la brecha frente a nuestros competidores», apunta Grynspan.

Las empresas de América Latina apenas dedican el 2,5% de su facturación a fomentar la innovación
Existe una brecha entre demanda y oferta de trabajos en tecnología de en torno a 450.000 personas

La secretaria general de Segib defiende que el hecho de que el acuerdo UE-Mercosur haya incluido un capítulo sobre pymes demuestra que hay voluntad política de promover y fortalecer el tejido empresarial latinoamericano y de instalarlo en cadenas de valor globales. Y para forjar un ecosistema innovador que aumente exponencialmente su músculo competitivo. «Contamos con la materia prima para dar el salto: tenemos know-how, universidades, grandes multilatinas establecidas y nada menos que 11 unicornios iberoamericanos (startup que consiguen un valor superior a los 1.000 millones de dólares en su etapa inicial). Además, en nuestra región hay talento y tenemos la generación mejor educada de nuestra historia. El talento está bien distribuido en nuestras sociedades; lo que no está bien distribuido son las oportunidades, y eso tiene que cambiar», asegura Grynspan.

En los distintos eventos del encuentro empresarial se hizo hincapié en la necesidad de forjar alianzas entre startup, emprendedores y pymes con las grandes empresas para acelerar el ritmo innovador. Aunque hay muchos deberes pendientes, «el ecosistema de las plataformas de innovación abierta está en un momento emergente. Gracias a la madurez del sistema emprendedor, en el que aceleradoras e incubadoras cada vez recogen más ‘‘challenges’’ de los ‘‘ventures’’ coorporativos, que es el principal indicador de que la innovación abierta ya es un hecho», explica Antonio Magraner, vicepresidente de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (Ceaje).

La brecha de talento
Avances que aún no acortan la distancia entre las necesidades laborales que reclama el nuevo modelo productivo y las habilidades que atesoran los trabajadores, especialmente significativa en la región. Según Juan Manuel Barrero, presidente de la Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios (FIJE), se estima que en Latinoamérica existe una brecha entre demanda y oferta de trabajos en tecnología de aproximadamente 450.000 personas. «Es necesario desarrollar más talento digital e incorporar metodologías acordes a los tiempos que corren y a la nueva cultura digital. Sin embargo no es necesario empezar de cero, hay que avanzar sobre lo que ya supimos construir», advierte Barrero. Pero sí introducir la formación en innovación desde los primeros pasos educativos. «Debemos pensar en la innovación como una herramienta que abre numerosas puertas y prepara a los jóvenes para los desafíos a los que se enfrentarán en un mundo en permanente cambio. La incorporación de tecnologías y nuevas metodologías es urgente, no debemos esperar a que sucedan grandes cambios políticos para que entren en las instituciones educativas. Hoy tenemos muchísimos casos de educación no formal con mucho éxito y generando estas capacidades», subraya Barrero. Talento y espíritu emprendedor no faltan en una pymes que esperan un impulso hacia la integración comercial para dar el gran salto adelante.

La información marca diferencias
La dificultad para acceder al crédito aún es un obstáculo en ocasiones insalvable para las pymes de la region y su ambición exportadora. El reducido esfuerzo inversor se combina con un apoyo público que no es suficiente o no alcanza su objetivo. «Uno de los mayores problemas radica en la falta de acceso de muchas pymes a la información sobre las diferentes modalidades de financiación y ayudas disponibles, para ayudarles en su proceso de internacionalización», explica Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme. «Creemos que las agencias nacionales de promoción a la internacionalización y las organizaciones empresariales deben redoblar sus esfuerzos encaminados a difundir la información entre las pymes. Asimismo, las organizaciones empresariales de cada país son las mejor posicionadas para entablar un diálogo entre empresas, entidades financieras y entidades públicas, con el fin de mejorar la batería de instrumentos de apoyo a la internacionalización, adaptadas a las fortalezas concretas de la estructura empresarial de cada país», afirma Cuerva.
Source: ABC

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