Trump da una tregua a la tambaleante economía mexicana

In exteremis y sobre la campana, Estados Unidos y México lograban en la madrugada del sábado un acuerdo con el cual quedan suspendidos los aranceles del 5% sobre todos los productos mexicanos que iban a entrar en vigor el lunes. Un pequeño respiro para México, a la que Fitch acababa de rebajar la deuda a BBB —dos escalones por encima de «bono basura»—. A pesar del acuerdo de última hora, la proteccionista espada de Damocles seguirá en las manos de Trump durante los próximos meses.

Y es que las tensiones comerciales con Estados Unidos —mercado al que envía el 80% de sus exportaciones— son el último ingrediente que México suma a su explosivo cóctel macroeconómico. El país lastra una serie de problemas estructurales desde hace décadas, como un débil crecimiento del PIB al compararlo con otros mercados emergentes (2% en 2018, con una previsión del 1,6 para este ejercicio), una elevada inflación anual (4,83% el año pasado) y el hecho de que se estima que la mitad de la población activa no paga impuestos directos, es decir, desempeñan su trabajo en la economía sumergida.

México es el principal socio comercial de EE.UU, por encima de China

Con el objetivo de impulsar la economía, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha marcado el objetivo de que el país crezca al 4% anual cuando deje la Presidencia en 2024. Para lograrlo, López Obrador planea aumentar el gasto social, pero, sobre todo, su estrategia se centra en elevar la producción de la petrolera estatal Pemex, una compañía que ha pasado de extraer cerca de 2,7 millones de barriles diarios (bpd) en 2009 a apenas 1,8 millones (bpd) en 2018. Actualmente, la petrolera representa aproximadamente el 18% de los ingresos totales que percibe México, por lo que aumentar la producción impactaría positivamente en el PIB.

Balanza comercial
No obstante, el futuro inmediato tampoco pinta bien para Pemex: la petrolera es la más endeudada del mundo con un total de 106.000 millones de dólares. Y es que Fitch también redujo el pasado jueves la nota de la deuda de Pemex a BB+, calificación que la convierte en «bono basura» y que, por lo tanto, provoca que la paraestatal tenga que enfrentar mayores tasas de interés si necesita acudir al mercado. Justamente, los problemas comerciales con Estados Unidos son algunas de las razones que cita Fitch para bajar la calificación de Pemex: «La continua debilidad en la perspectiva macroeconómica, la cual se ve exacerbada por amenazas externas como las tensiones comerciales», dice la agencia de calificación en una nota.

Además de los problemas macroeconómicos que atraviesa México, las amenazas comerciales de Trump llegan en un momento en el que el país latinoamericano es el mayor socio comercial de Estados Unidos por encima de China. Entre enero y abril de 2019, la suma de exportaciones e importaciones entre Estados Unidos y México rondó los 203.179 millones de dólares, cifra superior a los 174.663 millones de dólares que la primera potencia ha intercambido con China, de acuerdo con datos de la Oficina del Censo estadounidense.

La balanza comercial entre Estados Unidos y México ha sido todos los años positiva para el país latinoamericano desde 1994, fecha en la que entró en vigor el todavía vigente Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta en inglés), un pacto que será sustituido por el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esta versión 2.0 del Nafta —que ya está firmada u pendiente de ser ratificada por los parlamentos— aumenta al 75% las reglas de origen del sector automovilístico, es decir, el porcentaje de un vehículo debe de ser fabricado como mínimo dentro del bloque comercial para que pueda ser vendido sin aranceles. En el antiguo Nafta era del 62,5%.

Los primeros afectados por los aranceles serían los estadounidenses

México exportó en 2018 productos a Estados Unidos por valor de 346.500 millones de dólares, cantidad que podría verse mermada por los impuestos de Trump. Y uno de los sectores que más exporta a Estados Unidos es la industria del automóvil. Atraídos por los bajos salarios en México, el mínimo son unos 5 euros diarios, las principales empresas del sector se han instalado al sur del Río Bravo para, desde ahí, exportar hacia Estados Unidos. Pero la situación podría cambiar y hacer que algunas empresas lleven producción al vecino del norte si Trump acaba cumpliendo sus amenazas arancelarias en el futuro.

Fitch recuerda que en cualquier caso, los primeros afectados por posibles aranceles en el futuro serán los estadounidenses, ya que las empresas intentarán trasladar el costo a los consumidores. Pero en un escnenario de ese tipo, si los impuestos se prolongan e incluso aumentan, el tejido industrial de México se vería afectado y, con ello, las finanzas y la deuda del país quedará a un leve paso de ser convertidas en «basura».
Source: ABC

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