Parques acuáticos abandonados o bibliotecas sin terminar: los ejemplos del despilfarro de Plan E

Con los primeros vientos de crisis, y las primeras dentelladas a la creación de empleo, José Luis Rodríguez Zapatero se sacó de la manga el Plan E como una forma de reanimar una economía que daba ya muestras de estancamiento. Al mismo tiempo que la burbuja del ladrillo crecía, el entonces presidente ofreció millones de euros para obra pública que, lejos de resolver el problema del empleo, dejó en herencia vallas como la de la imagen (valoradas en 1.200 euros cada una) y ejemplos muy variados de despilfarro.

En verano de 2009, el Ayuntamiento de Barcelona (entonces en manos del socialista Jordi Hereu) destinó 264.000 euros a la adecuación de la caseta de jardinería del parque Joan Miró. La obra se la adjudicó la empresa Gótic Gestió de Construcción, S. L., con un plazo de ejecución de ocho meses.

En Valencia, el Plan E financió con 329.459 euros la construcción de una biblioteca municipal en los terrenos donde se ubicaba el zoo de Valencia. En 2016, siete años después del comienzo de las obras, el edificio seguía cerrado y el Ayuntamiento tuvo que habilitar una partida extra de 15.754,93 euros para reparar los desperfectos provocados por una sucesión de actos vandálicos. En lugar de libros, la biblioteca ha albergado una colonia de gatos y en 2014 fue ocupada por personas sin techo.

En Andalucía (en Jaén concretamente), el Gobierno de Zapatero financió con cargo al plan E un proyecto que tenía como objetivo abrir un parque acuático. En concreto, la administración central concedió al Ayuntamiento 8,6 millones de euros para la construcción de dicho durante el mandato de la alcaldesa socialista Carmen Peñalver. La regidora no logró acabarlo a tiempo y su sucesor en el cargo, el popular José Enrique Fernández de Moya, consideró que sería un derroche seguir con la obra.

Estos son solo tres ejemplos de los «lodos» del Plan E, cuyas obras fueron útiles en algunos casos y ruinosas en otros. Como dato, solo en vallas publicitarias se fueron 63,6 millones de euros de dinero público. Estos carteles los pagaba el adjudicatario de la obra, pero con la financiación que le llegaba del Estado. En total se plantaron por toda España unos 60.000 carteles (a más de 1.000 euros la unidad). En todos ellos, bien visible, el logo y la leyenda «Gobierno de España»; requisito imprescindible.
Source: ABC

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