Canon es pura imagen. Y no en el sentido de lo que proyecta al exterior sino en el significado más literal de la palabra. Los colores y las formas son su esencia… ya sea en cámaras de fotos, impresoras, sistemas de videovigilancia. Porque esta compañía no vive solo de que el cliente apriete el disparador de una réflex sino que se lucra de la imagen en su sentido más amplio. «Las procesamos, capturamos e imprimimos. Podemos hacer el ciclo completo», explica Geert Rongen, consejero delegado de Canon para España y Portugal.
Son el todo en uno de la imagen. Y su estrategia para diversificar mercados radica en lanzarse allá donde haya un nicho de mercado. Por ejemplo, pocos saben que prestan servicio también en equipos médicos. «Depende siempre de las oportunidades», dice el directivo. Aun así, son conscientes de que su valor insignia son las cámaras, no sin pocos quebraderos de cabeza para los altos ejecutivos de la sociedad. «Hemos sufrido en la parte de las cámaras porque el mercado ha bajado un montón», afirma Rongen, quien reconoce que el desarrollo de los móviles ha sido como ese flash que te deja ciego al acercarte demasiado: «Nos ha afectado a todos por igual. Pero cuando eres el número uno, te afecta más a ti».
Los teléfonos móviles han puesto al alcance de la mano las imágenes para cualquiera que desee captar un instante. Ya no existe esa necesidad de gastar cientos de euros en una cámara -compacta, puente o réflex, la que sea- sino que el móvil cumple el mismo cometido… al menos en funcionalidad. Sobre la calidad, Rongen discrepa: «No es lo mismo, no se puede comparar. La gente que entiende lo sabe». Y añade: «Las imágenes son buenas pero para un grupo de personas».
Canon también trabaja con proyectores
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Así las cosas, Canon siempre trata de verlo iluminado aunque la foto sea oscura. «Los vendedores de móviles están cada vez más enfocados en la cámara. Y nos ayuda porque hay más gente que se interesa en la fotografía», dice el consejero delegado. Una manera de asimilar el golpe buscando un rédito futuro gracias a que la popularización de la imagen también favorece que, en última instancia, aumenten los aficionados a la imagen. Aun así, sí que hay un tipo de cámara de fotos que está en fase de desaparición: la compacta, aquel primer artilugio que lo tenía todo integrado y tan solo se podía apretar el disparador con o sin flash. La razón, que los móviles ya cubren esa necesidad con calidades aceptables.
Si bien los teléfonos cada vez actúan más como ordenadores portátiles y cámaras de fotos, todo es fruto de la innovación. Y esa máxima en Canon también ha calado. Está inmersa en su ADN ya que consideran que «todas las empresas tienen ese reto» porque «la tecnología va muy rápido y tenemos que formar siempre a nuestra gente». Como prueba, que la compañía lleva cinco años siendo la tercera empresa de Estados Unidos con mayor número de patentes -3.285 en 2017-, solo por detrás de IBM y Samsung Electronics. De hecho, Rongen no duda en contestar ufano que su ritmo de puesta en el mercado de nuevos productos es apenas de 48 horas. «Lanzamos algo nuevo cada dos días laborales. Siempre hay novedades», afirma el responsable de la marca para España y Portugal.
Y es que estando en la cumbre -36.106 millones de dólares en ventas, unos 200.000 empleados…- su exposición cada vez es mayor. Diversificar consideran desde Canon que es fundamental para crecer aunque su meta no siempre es ser el mejor, sino estar entre los mejores. «Queremos ser siempre número uno o dos. Algunas veces es mejor ser el primero pero otras no; si eres el número uno y el mercado está maduro, no puedes crecer. Para nosotros, en esa posición tienes que coger distintos negocios para crecer de otras maneras». Negocios, sin embargo, que coinciden todos en el mismo sector. Canon es… pura imagen.
Source: ABC