La oportunidad comercial que nace en el Mediterráneo

Más de 200 participantes de las principales asociaciones empresariales, gobiernos y organizaciones regionales de 25 países se han reunido esta semana en Madrid en una Cumbre Empresarial MENA-OCDE (MENA es el acrónimo en inglés de la zona de Medio Oriente y el norte de África), en la que se han analizado las oportunidades comerciales que brinda esta zona geográfica con eje en el Mediterráneo y se ha reivindicado la necesidad de promover el diálogo público-privado para dinamizar las economías de estos países y facilitar la realización de las reformas políticas, económicas o sociales a las que deben hacer frente sus gobiernos.

En este contexto, el evento sirvió también de marco para presentar el Consejo Asesor Empresarial MENA-OCDE, una iniciativa para avanzar en este propósito de diálogo promovida por la CEOE y la Confederación Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA).

«El objetivo del Consejo Asesor Empresarial MENA-OCDE es impulsar el diálogo público-privado como herramienta para el desarrollo de políticas económicas. La competitividad y el crecimiento inclusivo son objetivos compartidos, pero ni los gobiernos solos saben cómo alcanzarlos, ni el sector privado tiene la capacidad de forma aislada. La participación del sector privado es fundamental para lograr una mejor calidad en la política pública de cara a alcanzar mayores resultados», explica Joaquín Gay de Montellá, vicepresidente de CEOE y copresidente del MENA-OCDE Business Advisory Board (BAB).

Gay de Montellá cree que este diálogo precesisa de la creación de «una relación de reciprocidad» para que sea «eficaz y equitativo». «El sector público tiene que escuchar al sector privado, tomar en cuenta sus preocupaciones y prioridades, y hacer lo posible para eliminar las trabas a su desarrollo. El sector privado a su vez debe adoptar medidas para asegurar un comportamiento responsable y una contribución positiva al interés general. Finalmente, tienen que crearse mecanismos que garanticen la transparencia de esta relación», concluye.

Responsabilidad mutua
Reforzar el desarrollo de un sector privado bien estructurado a nivel regional es una de las claves para el crecimiento comercial e inversor en una zona repleta de oportunidades, pero también de incertidumbres. Para conseguirlo, «por un lado, los gobiernos tienen que proporcionar marcos regulatorios y administrativos eficaces y eliminar barreras al comercio, a la inversión y garantizar igualdad de oportunidades. Por otro lado, hace falta que los gobiernos desarrollen visiones estratégicas para apoyar el desarrollo de nuevos sectores y contribuir a la diversificación de la economía. Sin embargo, parte de la responsabilidad también debe recaer sobre el propio sector privado, quien debe de organizarse de forma que pueda canalizar de manera estructurada sus intereses, de presentarse como interlocutor ante el gobierno con claridad y legitimidad», subraya el vicepresidente de la CEOE.

Este nuevo Consejo Asesor se enmarca en el programa MENA-OCDE, creado en 2005 para mejorar el ambiente de inversión en la zona e incentivar la transparencia y el crecimiento sostenible. Carlos Conde, jefe de la División de Oriente Medio y África de la OCDE, subraya que en estos años la iniciativa «ha conseguido consolidarse como una plataforma de cooperación regional e intercambio de prácticas. Ante la insuficiencia de los mecanismos de integración, es imprescindible crear un espacio de diálogo. El Programa de Competitividad ha apoyado estos años a los gobiernos de la región a través de redes expertos y representantes públicos especializadas en políticas de inversión y comercio, emprendimiento, gobierno corporativo e igualdad de género»

La iniciativa, subraya además Conde, ha facilitado el acercamiento entre los países MENA y la OCDE, «y su adhesión a instrumentos y principios internacionales para elevar la calidad de las políticas públicas en la región, al igual que su inclusión en bases de datos estadísticas que permitan realizar diagnósticos precisos».

Y es que los desafíos pendientes en la zona no son precisamente pequeños. Entre los principales, «unas estructuras económicas dependientes del sector público y en muchos casos de los recursos naturales, o la falta de integración regional», apunta Conde. Sin embargo, la mayoría de los países de la región, salvo contadas excepciones, han conseguido desarrollar economías más diversificadas en los últimos diez años, como se puede ver en la evolución positiva del índice de complejidad económica publicada por el Observatorio de Complejidad Económica (Observatory of Economic Complexity, OEC). «Esto muestra que las políticas destinadas a crear sistemas productivos más competitivos y resilientes, en particular en aquellos países productores de hidrocarburos, han tenido ya un impacto notable», apunta Conde.

Además, gran parte de los países de la región están llevando a cabo reformas legislativas para mejorar el marco regulatorio y atraer inversión extranjera. «Desde 2014, muchos países han revisado sus códigos de inversión en los últimos años, incluidos Argelia, Egipto, Irak, Jordania, Marruecos y Túnez», apunta Conde.

«Los países más interesantes para las empresas son aquellos que proporcionan mejores condiciones y seguridad jurídica a los inversores, y donde se den menores niveles de corrupción. Uno de los objetivos de la OCDE es que los países se adhieran a instrumentos que garanticen buenas prácticas en este sentido», apunta en este sentido Gay de Montellá.

Una de las herramientas impulsadas por la OCDE son las Directrices para Empresas Multinacionales, diseñada como una guía práctica para que las empresas puedan adoptar una conducta responsable y que los gobiernos creen instancias ante las que se puedan elevar malas prácticas. Puentes de entendimiento para avanzar en un mercado en el que las oportunidades pueden comenzar a fluir.

Un mercado natural
La cumbre celebrada esta semana en Madrid sirvió para volver a evidenciar que «la región MENA ofrece muchas oportunidades a las empresas de los países OCDE, incluidas las españolas», asegura Gay de Montellá. El vicepresidente de la CEOE explica que «entre los sectores con mayor potencial cabe destacar el sector de infraestructuras para proyectos de ingeniería, medioambiente y en especial en tratamiento de agua, el sector energético con particular interés en el campo de las energías renovables como la energía solar, el sector transporte –los proyectos de ferrocarril en Arabia Saudí son un claro ejemplo–, y también el sector agroalimentario». Y es que como recordó en la cumbre la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Margarida Méndez, la primavera árabe abrió un proceso de reformas en la zona que reforzó el interés por «un mercado natural para nuestras empresas».

Impulso juvenil
El colectivo de los jóvenes empresarios ha sido uno de los grandes protagonistas de la cumbre OCDE-MENA celebrada esta semana en Madrid. En el marco de la misma tuvo lugar una reunión entre las organizaciones de Jóvenes Empresarios de España y Túnez, países que copresiden el BAB, y se ha creado una nueva plataforma de organizaciones de jóvenes empresarios de los países MENA y OCDE, con el objetivo de crear puentes regionales y fomentar el intercambio de conocimiento para apoyar a las organizaciones de jóvenes empresarios a trasladar su voz ante las instituciones públicas a la hora de desarrollar políticas públicas.
Source: ABC

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