Francisco Reynés (Mallorca, 1963) no ha tardado ni cien días en poner patas arriba Gas Natural Fenosa. Fue nombrado presidente de este grupo el 6 de febrero y un día después, en la presentación de los resultados de 2017, dijo que «iniciaba una nueva etapa, con una transformación razonable» de esta empresa que tiene 175 años de historia. Añadió que quería darle un «estilo personal» y pidió a todos, especialmente a los inversores, «un poco de tiempo» y «crédito».
Y se ve que ha aprovechado el tiempo, pues el consejo de administración que preside ha propuesto a la junta de accionistas que se celebrará el próximo miércoles varios cambios que suponen una auténtica revolución en esta compañía energética.
El primero de ellos es el propio nombre de la empresa. El actual –Gas Natural Fenosa– nació en 2009 tras la fusión entre Gas Natural y Unión Fenosa. La nueva denominación de la compañía, que es una propuesta personal de Reynés, irá acompañada de su correspondiente logotipo y recogerá tanto el carácter internacional de la empresa como la diversidad de sus negocios.
Cambio de sede a Madrid
Asimismo, se someterá a la junta la aprobación del cambio de domicilio social que se realizó en octubre de 2017, cuando se trasladó desde Barcelona a Madrid por el problema independentista. Curiosamente, la nueva sede es la que fue en su día de Unión Fenosa.
El consejo de administración también registrará cambios importantes. Por un lado, se reducirá el número de consejeros, de los actuales 17 a entre 11 y 15. Ahora podrán ser entre 10 y 20. Actualmente son 12: un presidente ejecutivo, seis consejeros dominicales –dos de La Caixa (24,43% del capital), dos de GIP (20%) y otros dos de CVC (20,07%)– y cinco independientes. El consejo está integrado en estos momentos por Francisco Reynés, William Woodburn (vicepresidente, GIP), Rajaram Rao (GIP), Javier de Jaime (CVC), José Antonio Torre (CVC), Enrique Alcántara-García (Criteria Caixa), Marcelino Armenter (Criteria Caixa), Ramón Adell, Francisco Belil, Pedro Sainz, Claudio Santiago y Helena Herrero.
Los consejeros serán elegidos por periodos de cuatro años, uno más que en la actualidad.
Retribuciones
En el nuevo consejo desaparecerá el cargo de vicepresidente y no está previsto recuperar la figura del consejero delegado, cargo que ha ostentado durante los últimos 13 años y hasta el pasado febrero Rafael Villaseca.
También va a ser mejorada la remuneración fija de los consejeros, que pasará de 126.500 euros anuales en 2017 a 175.000 euros. Reynés tendrá una retribución fija de 1,1 millones de euros, frente a los 550.000 actuales. Sin embargo, al ser menos consejeros, el desembolo de la empresa será menor: pasará de 4,8 millones anuales a 3,6 millones. El año pasado, las retribuciones totales del consejo fueron de 7,86 millones de euros, un 28% más que en 2016.
Asimismo, desaparece la comisión ejecutiva porque, según fuentes de la compañía, «no tendrá sentido, ya que tiene 10 miembros y el consejo va a tener 12». Las mismas fuentes han explicado que el objetivo de esta revolución es mandar un mensaje a los accionistas, los inversores y a la sociedad en general de que «la reducción de estructuras y la mayor eficiencia empiezan por arriba».
En los estatutos se incluirá que las reuniones del consejo podrán celebrarse «por videoconferencia, siempre que quede asegurada la posibilidad de interacción y debate». Asimismo, la convocatoria se cursará por «fax, correo electrónico o cualquier otro medio telemático». Desparece la convocatoria por «télex, telegrama, telefax o carta».
Source: ABC