La banca española, muy dañada por el desplome de la lira turca

El desplome de la lira turca, de más de un 20% esta semana, contagió a las principales Bolsas europeas, que ayer se tiñeron de rojo. En concreto, la tumultuosa semana económica en Turquía llevó ayer al Ibex a quedarse al borde de perder los 9.600 puntos tras dejarse un 1,56% en la jornada. En el cómputo de la semana, el selectivo español perdió un 1,4%, fracasando así en su intento de principios de la semana de instalarse en los 9.800 puntos.

Por valores, f
ue el BBVA quien más sufrió en el día de ayer la crisis turca, perdiendo un 5,16%. A la entidad presidida por Francisco González la penalizó su gran exposición en el país turco, donde cuenta con una participación del 49,85% en el banco minorista del país otomano Garanti, por el que invirtió 7.000 millones de euros en el periodo de 2010-2017. El negocio que tiene BBVA en Turquía representa el 14% de su cartera en créditos concedidos. De hecho, su gran exposición en Turquía está siendo vigilada atentamente por el BCE, que junto a la entidad española también tiene en su punto de mira a la italiana Unicredit y la francesa BNP Paribas.

Aparte del BBVA, la jornada de ayer afectó negativamente a toda la banca española, que en conjunto perdió un 3,4%. Así, Caixabank y Bankia han cerrado con pérdidas del 3,08% y 2,81%, respectivamente, lo que supone las mayores caídas desde mediados de junio. Por su parte, el Santander cedió el 2,73%, mientras que Liberbank y Bankinter se dejaron un 2,03% y un 0,88%.

Los malos resultados en Bolsa de la banca española alertan al sector, que tiene mucho que perder por la crisis en Turquía. Así, según un estudio del Banco Internacional de Pagos, la banca española es, de largo, la más expuesta al país turco, con 70.848 millones de euros, un montante que representa el 36,2% de la exposición de la banca internacional al país otomano. El segundo Estado con mayor exposición es Francia, con 30.826 millones de euros, menos de la mitad que España.

Trump dobla aranceles
Para poner en contexto, la economía turca lleva meses sumida en una espiral bajista debido a la desconfianza de los inversores. Con una continua necesidad de financiación externa, cuenta con un gran déficit por cuenta corriente, una alta deuda del sector privado y una inflación establecida en los dos dígitos. A pesar de las recomendaciones externas, de momento el país descarta subir los tipos de interés.

Con este cóctel, el presidente de EE.UU., Donald Trump aprovechó ayer para agravar la crisis turca al duplicar los aranceles al acero y al aluminio al país turco hasta un 20% y un 50%, respectivamente. Ambos países viven momentos de tensión, una coyuntura que aprovechó Trump para asfixiar al país turco.

Por su parte, el presidente turco, Tayeep Erdogan, se niega a pedir por ahora el rescate financiero. «No perderemos la guerra económica», comentó ayer en su comparecencia, mientras que pide a los ciudadanos que saquen sus dólares, euros y oros que tengan para cambiarlos por la lira. «Ellos tienen sus dólares, nosotros tenemos nuestro pueblo, nuestra verdad y nuestro Dios», comentó. A su vez, el ministro de Finanza y del Tesoro del país, anunció la intención de llevar a cabo un nuevo modelo económico.
Source: ABC

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