Plumas ajenas
Los gobernantes escurren el bulto de sus propios errores, cuando pueden y se apuntan tantos ajenos, cuando la situación lo consiente. Esta misma semana, el Gobierno en funciones ha tenido una doble oportunidad de practicar el noble oficio del embellecimiento personal con plumas ajenas. En una misma semana hemos conocido unos datos de empleo ciertamente magníficos. Estamos a punto de alcanzar el pico de empleo conseguido en los últimos años de la bonanza desaprensiva y hemos superado ya el de mujeres empleadas. Es cierto que todavía nos queda la lacra de las listas del INEM, que cobijan a tres millones de personas para nuestra vergüenza.Seguir la noticia