Los países, como las personas, no tienen un futuro, sino muchos futuros posibles que se están barajando de manera permanente en el presente. Si ya es difícil predecir la vida de alguien o su carrera profesional, el futuro de un país es mucho más complejo. Esta semana se presenta en Madrid ‘Un país posible: Manual de reformas políticamente viables’ (Ed. Deusto), un trabajo colectivo surgido desde el núcleo de pensamiento que ha formado en Esade el exdiputado de Ciudadanos, Toni Roldán. Se trata de un libro tan indispensable como irrealizable en la España de hoy. No sólo sucede que ha ocurrido lo de siempre en nuestra historia, que después de un ciclo de entusiasmo y exaltación reformista, como el que supuso la llegada de Ciudadanos, se impone la resaca de la reacción del ‘statu quo’. Un ‘statu quo’ muy resiliente debido al buen funcionamiento del capitalismo de amiguetes en el que opera la economía española, un sistema que huye de la competencia y la rechaza desde la infancia. Se percibe en este trabajo el esfuerzo de una generación de españoles sobradamente preparados y ya experimentados por hacer viables sus planteamientos. Primero, intentando fundar las reformas en evidencias; segundo, reivindicando la eficacia de lo que llaman ‘políticas pequeñas’ y, en tercer lugar, huyendo del ‘asalto a los cielos’ a cambio de ponerse el objetivo de mejorar las vidas cotidianas de los ciudadanos. De hecho, este repliegue de las ambiciones es un síntoma de que los autores saben –o al menos sospechan– que el subtítulo del libro entra en el terreno de la ciencia ficción cuando plantea que sus reformas son «políticamente viables». No es así. Incluso donde creen atisbar consensos amplios en la sociedad española –como la brecha de género o el cambio climático– es probable que eso ya esté cambiando en una dirección impensada. El fallo en la premisa de este libro surge de la creencia de que el tiempo del populismo se ha agotado en España y eso abre una ‘ventana de oportunidad’ para nuestro país. No es verdad. Basta ver lo que está sucediendo con las negociaciones en torno a la investidura de Pedro Sánchez para constatar que aún quedaba una vuelta de tuerca a la nueva política y es que el populismo se apodere sin disimulo del socialismo español. La cuestión de fondo es que no hay ninguna posibilidad de que estas reformas sean viables mientras el experimento de Sánchez se articule sobre unos partidos cuyos colegios electorales (‘constituencies’) responden a intereses divergentes. En la coalición del sanchismo cada uno tiene su comunidad política, con su propio futuro. Que los proyectos se intersecten no significa que coincidan. El ‘sanchismo’ se asienta en un modelo de redistribución que lleva años dando signos de agotamiento y nada indica que vaya a ser sustituido por otro basado en el crecimiento, que ha resultado tan esquivo para la renta per cápita española. El problema que deja a España sin reformas es la política, que son los españoles. jmuller@abc.es
Source: abc economia
2023-11-05