La peligrosa estrategia de demonizar al empresario

Cuando algo no sale bien, lo más fácil es tener un cabeza de turco al que echarle la culpa. A nuestro Gobierno, especialmente a una parte del mismo, esto se le da de maravilla. Cuando los tribunales empezaron a rebajar penas a los agresores sexuales por la nueva ley del «solo sí es sí» , a la parte morada del Ejecutivo solo se le ocurrió decir que eso pasaba porque los jueces eran unos machistas. Cuando la inflación empezó a subir, el problema eran los avariciosos empresarios, que se estaban forrando. Y ahora vamos un paso más allá, y ya no solo se habla de los empresarios en general sino que nada menos que una ministra del Gobierno de España, Ione Belarra , ha arremetido directamente contra Juan Roig , presidente de Mercadona, al que ha acusado de «aprovecharse de la crisis» y de «hacerse de oro y llenarse los bolsillos». El problema de acusar a otros, para no asumir las responsabilidades que conlleva tu cargo, es que puede tener efectos perversos . Llevamos años en España intentando mejorar la imagen de los empresarios para que nuestros niños y nuestros jóvenes no solo sueñen con ser futbolistas o con ser funcionarios, sino con ser emprendedores, con tener ideas y montar negocios con los que puedan hacer avanzar a la sociedad, crear empleo, y por qué no, también ganar dinero. No son cosas incompatibles. Y de hecho las sociedades y las economías más avanzadas son las que respetan, apoyan y apuestan por quienes se arriesgan a emprender, y si tienen éxito, mucho mejor . Aquí en España como mucho aceptamos a los autónomos, y a las empresas, pero si son pequeñas, ya cuando crecen, los empresarios son explotadores y hay que ir a por ellos. No nos damos cuenta de que precisamente uno de los principales problemas de España es el tamaño de nuestras empresas. Si fueran más grandes hubiéramos soportado mucho mejor las últimas crisis a las que nos hemos enfrentado . Pero aquí tener éxito y que tu empresa crezca no solo supone tener que enfrentarte a más burocracia e impuestos más altos, sino también al estigna social. Llama la atención, además, la persona que ha elegido la señora Belarra, para convertirla en blanco de sus ataques: el presidente de Mercadona, una de las empresas que se sitúa entre las mejores para trabajar, a juicio de los empleados españoles; con los sueldos más altos del sector, y en una de las pocas donde todavía se ligan las subidas salariales al IPC. Además, el presidente de Mercadona, Juan Roig, puso en marcha, hace ya una década, su proyecto Lanzadera «para ayudar a que líderes emprendedores creen empresas eficientes». Un proyecto al que le ha aportado no solo su patrimonio personal, sino también el ‘knowhow’ de Mercadona. Con este proyecto se han impulsado casi un millar de startups . Quizás esto es lo que molesta a la señora Belarra, que se premie el esfuerzo, que se fomente la creación de empresas. Como en su día molestaba a Pablo Iglesias que Amancio Ortega , el fundador y dueño de Mercadona, hiciera donaciones a la Sanidad Pública. «España no es una república bananera que dependa de que un señorito venga dando cosas», señaló en una ocasión. Pues perdóneme señor Iglesias, con su partido en el poder, España se parece cada vez más a esa república bananera. Las palabras que escuchamos ahora contra los empresarios y a favor de intervenir los precios se parecen mucho a las que en su día escuchamos a Hugo Chávez en Venezuela, o a los dirigentes peronistas en Argentina, o a Evo Morales en Bolivia… y miren qué bien les ha ido a todos estos países.
Source: abc economia

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