Concretamente, según comunicó la empresa en un escrito, esta salida se debe «a la negativa del Ejecutivo británico a suspender o reducir el APD [impuesto de pasajeros aéreos], además de la falta de incentivos para la recuperación del sector después del Covid en los aeropuertos de Irlanda del Norte». Así, Ryanair dejará de operar desde el aeropuerto internacional de Belfast y del aeropuerto de la ciudad de Belfast a partir de finales de octubre.
Será en este último aeropuerto donde Ryanair empiece a poner punto y final a su operativa en Irlanda del Norte, cuando el 12 de septiembre se efectúen los últimos vuelos a Alicante, Barcelona, Faro, Ibiza, Mallorca, Málaga, Milán y Valencia.
Mientras que el cierre de operaciones se completará el sábado 30 de octubre, cuando la compañía clausure las rutas entre el aeropuerto internacional de Belfast con Alicante, Málaga, Cracovia, Gdansk, Varsovia y Milán.
Ryanair ya había abandonado su operativa a principios de año en el aeropuerto norirlandés de Derry para instaurarse en el de la ciudad de Belfast en el que empezó a operar en junio después de ocho años sin hacerlo.
En cualquier caso, la decisión supone un nuevo mazaso para la economía norirlandesa que, con la pandemia y tras el Bréxit, sigue acusando la pérdida de conectividad en una región donde por sus condiciones geográficas se muestra dependiente del flujo aéreo. Por lo que el sector empresarial de la región ha vuelto a poner el grito en el cielo, en un momento donde Irlanda del Norte busca impulsar la inversión extranjera tras la salida de Reino Unido de la economía comunitaria.
Ya este año, con la quiebra de Stobart Air –compañía vinculada a Aer Lingus– Belfast perdió hasta seis rutas con Reino Unido. Un cierre que vino precedido el año anterior por la insolvencia de Flybe, que también dejó un profundo agujero en la conectividad de la región británica. Vacío que recogió precisamente Ryanair al disponer de las rutas que cerrará en septiembre en el aeropuerto de la ciudad de Belfast.
Semáforos de Boris Johnson
En el caso de Ryanair, esta no es la primera discrepancia que la compañía irlandesa ha mantenido este año con el Gobierno británico. Ya a finales de junio inició medidas legales en los tribunales de Reino Unido contra el sistema de ‘semáforos’ turísticos de Johnson a los que tildó de poco transparentes. Una causa a la que se unió el Manchesters Airports Group (MAG), grupo que controla los aeropuertos de Manchester, London Stansted y East Midlands.
Source: ABC