El 1 de marzo de 2021 cambió la etiqueta de la eficiencia energética en la Unión Europea. De este modo desaparecía la modalidad que incluía el A+, A++ y el A+++. Así, la escala queda desde la A hasta la G, como una de las grandes novedades.
Con ello, los electrodomésticos que antes tenían el A+++ pasan a B. De este modo, el A es la más eficiente. Quedan solo siete clases, de forma que el verde oscuro es el más eficiente (A), y el rojo el más bajo. En principio, la primera categoría estará vacía.
En el resto de la etiqueta se podrá visualizar un código QR para obtener más información del electrodoméstico, así como un cálculo de lo que consume de media el aparato. Por debajo, hay otros parámetros como el ruido y o el volumen o capacidad del electrodoméstico.
Por el momento, el nuevo etiquetado está disponible para lavavajillas, lavadoras, lavasecadoras, frigoríficos, pantallas y monitorores. Para septiembre entrarán en las bombillas y en las lámparas. Por último, se espera que se haga lo propio en 2022 con las secadoras y los aires acondicionados.
¿Qué ha cambiado con la anterior etiqueta?
En la antigua había también siete clases, aunque en la nueva han desaparecido los A más los pluses. Estas clases se basaban en la energía, los programas y la carga, mientras que la moderna lo hace con la energía y el programa.
En los pictogramas que aparecían debajo estaba el consumo de agua de forma anual en 220 ciclos y no por programa como ahora; también se señalaba la capacidad de carga menor en el programa de 60º a 40º, la eficiencia, el ruido.
En cuanto al consumo anual de energía se hacía teniendo en cuenta los 220 ciclos de lavado de carga; en la actualidad se hace con el consumo ponderado de los kWh/100 ciclos de funcionamiento.
Asimismo, hay que tener en cuenta que las clases de eficiencia son menores en los nuevos productos debido a los límites más estrictos que hay.
Source: ABC