Esta disminución superará en varios puntos porcentuales el dato negativo cosechado en la anterior crisis. España se sitúa, así, el tercero por la cola del Viejo Continente en dinámicas de inversión, solo por delante de Irlanda y Chipre. En este sentido, casi más de la mitad de las empresas (48%) invertirá este año menos de lo planeado en un principio, frente a solo un 6% que aumentará dicha partida; tres puntos más que la media de la UE en el primer caso y séptimo por la cola, e idéntico dato en cuanto a la segunda cifra en comparación a la media comunitaria.
Unido a este clima de incertidumbre a causa de la pandemia, casi dos de cada cinco empresas con planes de inversión en 2020 los abandonarán o retrasarán. Concretamente, un 38%, según el BEI. Sin un escenario económico claro, las compañías prefieren esperar a conocer con algo más de certeza cómo será el futuro de España, y también de la UE.
A futuro, el panorama no aspira a ser mejor para España. A corto plazo, el tejido productivo es más pesimista sobre el clima económico general (-67% ). También lo es sobre el clima político y regulatorio (-63%) y las perspectivas comerciales (-41%). Pensando a largo plazo, la incertidumbre, la regulación comercial y la regulación del mercado laboral son las tres principales barreras para la inversión, para el 97%, 85% y 80%, respectivamente.
Más allá de lo negativo, la encuesta del Banco Europeo de Inversiones también muestra que casi dos de cada cinco empresas (38%) desarrollaron o introdujeron nuevos productos, procesos o servicios como parte de su inversión, cuatro puntos menos que la media de la UE. En términos de digitalización, el 74% de las empresas encuestadas declaran haber implementado, total o parcialmente, tecnologías digitales por las que fueron preguntadas. Nueve puntos más que en el conjunto comunitario, en este caso, prueba de que el avance hacia las nuevas técnicas de producción y prestación de servicios ha avanzado a buen ritmo en nuestro país.
Source: ABC