La economía española se derrumba un 18,5% y lidera la recesión de la UE

España se adentra en una recesión histórica. El PIB se derrumbó entre abril y junio un 18,5% en comparación con el primer trimestre y un 22,1% en relación con el mismo periodo del año pasado, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Unas cifras sin precedentes desde la Guerra Civil y que triplican el resultado del primer trimestre, cuando la economía cayó un 5,1%.

Al encadenar su segundo trimestre a la baja, España entra en recesión técnica, la tercera en lo que va de siglo. Y lo hace con una virulencia sin paliativos y registros que suponen multiplicar por cinco el peor dato de la anterior crisis económica, que alcanzó su cénit en el primer trimestre de 2009 cuando el PIB cayó un 2,6% en tasa intermensual.

Ahora, el hundimiento es notablemente superior y sobresale dentro de los registros europeos. Pese a cosechar históricas caídas del PIB, ningún país de nuestro entorno llegó a los niveles de la economía española durante el segundo trimestre: Alemania cayó un 10,1%; Italia, un 12,4%; Francia, un 13,8% y Portugal, un 14,1%. La economía de la eurozona se desplomó un 12,1% y el PIB del conjunto de la Unión Europea un 11,9%, según los datos publicados ayer por Eurostat. En ambos casos, el retroceso supone no obstante la mayor caída de la serie histórica, que comenzó en 1995.

Los analistas ya habían pronosticado que el PIB de España cosecharía una caída superior a la de la media europea. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) vaticinó un desplome del PIB del 20%, mientras que los cálculos del Banco de España se situaban en un rango entre el -16% y el -21%. Funcas auguraba una caída del 18%, similar al 17% que arroja BBVA Research, que calculó que en la primera mitad del año la economía se habrá desplomado un 22%.

El hundimiento no se explica únicamente por razones estructurales. Es cierto que el peso del turismo en la economía -aporta más del 12% de la riqueza del país- ha condicionado su caída. Pero también otros países, como Italia y Portugal, tienen vocación turística y pese a ello han registrado caídas inferiores a la de España. ¿La razón? España ha protagonizado uno de los confinamientos más agresivos y prolongados de la pandemia. Las medidas llegaron después que en otros países europeos, como Alemania, que actuó antes y pudo salvar parte de su actividad durante los meses de abril y mayo.

Las cifras publicadas ayer por el INE reflejan esta situación y arrojan datos como que en el segundo trimestre la actividad del comercio, la hostelería y el transporte se hundió un 40%. En el caso de las actividades artísticas y recreativas, el desplome fue del 33,9%. Y eso que ambos sectores se aprovecharon de la apertura parcial de la economía producida con el comienzo de la desescalada.

El adelanto de la contabilidad nacional publicado ayer por Estadística refleja además una caída del consumo de los hogares del 21,2%, un dato sin precedentes en este indicador. Así, la demanda nacional restó 19,2 puntos a la variación interanual del PIB en el segundo trimestre, tasa 15,5 puntos inferior a la del primer trimestre. Por su parte, la demanda externa restó 2,9 puntos, lo que supone 2,5 puntos menos que en el trimestre pasado. De su lado, el gasto en consumo de la administraciones públicas creció un 0,4 %, 1,4 puntos menos que el trimestre anterior.

La inversión también expermientó un recorte histórico, en este caso del 22,3%, con caídas del entorno del 25% o superiores tanto en el caso de la inversión en vivienda como en maquinaria y bienes de equipo. Por sectores, la construcción (29,9%), industria (23,8%) y servicios (22,0%) registraron desplomes superiores al 20%. Solo la agricultura esquivó este tsunami económico, registrando un repunte del 7,4%.

Las importaciones cayeron un 28,8%, en línea con la depresión del consumo de los hogares, mientras que las exportaciones se hundieron un 33,5%, muy penalizadas por el retroceso de los servicios, ligados tradicionalmente al sector turístico. El PIB a precios corrientes cayó un 21,1% interanual entre abril y junio y se situó en 244.877 millones de euros, su valor más bajo desde el segundo trimestre del 2006, según aclararon ayer desde el Instituto Nacional de Estadística.

El número de horas trabajadas, un indicador que suele ir de la mano del PIB y evidencia el impacto de la crisis en el mercado laboral, cayó un 21,4% respecto al primer trimestre, 16,4 puntos menos que en el trimestre anterior. En términos interanuales, el número de horas efectivamente trabajadas descendió 20,6 puntos, hasta el −24,8%.

Estadística destacó ayer la importancia de estos indicadores al explicar que «se considera que esta variable, frente a los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, es la que refleja de manera más clara los efectos inducidos en el empleo por la pandemia y las sucesivas medidas adoptadas para combatir sus efectos».

Como consecuencia de esta disminución de las horas trabajadas, la productividad por hora registró un incremento del 3,6. Eso sí, la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo experimentó un descenso del 4,4%.

Nuevos estímulos
Tras conocer las cifras del PIB del segundo trimestre, la Confederación Empresarial de Organizaciones Empresariales (CEOE) reclamó al Gobierno, a través de un comunicado, que intensifique las ayudas destinadas a las empresas para «normalizar» la actividad y salir de «esta dramática situación».

La CEOE reconoce que el derrumbe económico producido entre abril y junio es «puntual», pero también advierte de que el resto de países de la Unión Europea no sufrieron un deterioro tan significativo. La patronal también incidió en el hecho de que los costes laborales unitarios y la remuneración por asalariado mostraran un crecimiento «significativo», lo que en su opinión puede lastrar la recuperación de persistir durante los próximos meses.

En esta misma línea, el presidente de ATA, Lorenzo Amor, reclamó al Gobierno un plan de inversiones para frenar la destrucción de empresas y autónomos. «Aquellos que pensaban que nuestra economía se iba a desenchufar un par de meses y volver a enchufar sin ningún tipo de lastre o consecuencia no han podido estar más desacertados», apuntó Amor, quien también avisó de que una economía como la española tardará en recuperarse.

Recuperación
Precisamente este es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta ahora el PIB. La recuperación en forma de «V asimétrica» a la que hacía referencia la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, al comienzo de la crisis, está descartada. Y ahora queda por saber el impacto que tendrán los rebrotes y los últimos vetos al turismo en el previsible repunte que experimentará el PIB en el tercer trimestre.

Precisamente ayer, BBVA Research publicó un informe que constata que el avance del gasto presencial con tarjeta se ralentizó hasta el 0,5% interanual la semana del 20 al 26 de julio. Un frenazo que el servicios de estudios de la entidad achaca a las restricciones impuestas en determinadas provincias para combatir la segunda ola de la pandemia. Una muestra más de que la evolución sanitaria que tenga España en las próximas semanas marcará la evolución de la economía el resto del año.
Source: ABC

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