El miedo al impacto económico del coronavirus contagia a las Bolsas

La propagación del coronavirus en China, donde ya ha infectado a más de 2.800 personas, causado la muerte a 81 y obligado a las autoridades a hacer seguimiento médico a casi 33.000 ciudadanos, ha alcanzado a los mercados financieros. Las principales Bolsas de todo el mundo se tiñeron ayer de rojo por el desplome de sectores muy expuestos al gigante asiático como el turístico, el petrolero y el siderúrgico ante el temor a las secuelas que la epidemia de esta neumonía mortal pueda tener sobre la economía china y, por extensión, en la global.

Todas las plazas del Viejo Continente cerraron la sesión este lunes con pérdidas superiores al 2%. La Bolsa de Fráncfort bajó un 2,74%, la de París un 2,68%, la de Milán un 2,31%, la de Londres un 2,29% y en España el Ibex 35 se dejó un 2,05%. Al cierre de esta edición, el índice más representativo de Wall Street, el S&P 500, perdía casi un 1,3% de su valor ante el avance del virus.

Las acciones de empresas ligadas a la industria turística, desde compañías aéreas a operadores turísticos y cadenas hoteleras, han sido las más afectadas. Las grandes aerolíneas europeas sufrieron algunas de las pérdidas más acusadas: Lufthansa cayó un 4,33%, Easyjet un 4,92% y Air France un 5,64%. La situación no fue nada diferente para las cotizadas españolas del sector: los títulos de IAG, grupo integrado por Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus, se dejaron un 5,23%; las de Meliá Hotels, un 5,8%, y las de NH Hotel un 1,32%; las del proveedor de soluciones tecnológicas a la industria de los viajes Amadeus cayeron un 6,13%, y la empresa de viajes «online» Edreams Odigeo perdió más de un 7% de capitalización.

El motivo es la previsión de un fuerte descenso en los viajes desde y hacia China por el temor de los turistas al contagio. Es más, el Gobierno de Pekín ordenó el pasado viernes a todas las agencias de viajes del país suspender la venta de paquetes turísticos nacionales e internacionales como medida para contener el brote, al tiempo que en otros países, como Rusia, se está recomendado ya a sus ciudadanos no viajar al gigante asiático.

Un Año Nuevo sin turismo
A ese golpe directo al turismo internacional con origen y destino China se suma una previsible caída masiva de los desplazamiento internos en ese país. En plena celebración del Año Nuevo chino, periodo vacacional que los ciudadanos de la potencia asiática aprovechan para viajar —se esperaban 3.000 millones de desplazamientos, según la agencia estatal de noticias Xinhua—, las autoridades decretaron la semana pasada el cierre de Wuhan, capital de la provincia de Hubei y epicentro del virus 2019-nCoV, y otras dos ciudades cercanas.

«Nos encontramos ante un plan de contingencia nunca visto antes que ha paralizado la movilidad de tres ciudades con una población total de más de 20 millones de personas, y justo cuando se esperaban millones de desplazamientos por la celebración del Año Nuevo chino», explica el profesor de EAE Business School Borja Ribera, quien apunta a que esa caída del turismo interno chino provocará un descenso en la demanda de carburantes por el menor uso del transporte que lastrará al sector petrolero.

«La principal fuente de debilidad a corto plazo vendrá de las ventas minoristas ya que, por ejemplo, las celebraciones del Año Nuevo chino se han reducido o cancelado drásticamente y la gente limitará sus viajes para celebrar el Año de la Rata con su familia», dice el director de investigación económica de Ostrum AM (Natixis), Philippe Waetcher.

Esa esperado menor consumo por parte de los ciudadanos chinos ha pasado factura también a las principales marcas europeas de lujo, que tienen en los consumidores asiáticos a uno de sus principales clientes. Las acciones de Louis Vuitton (LVHM) cayeron este lunes un 3,68%, las de Hermès un 4,3% y las de L’Oréal un 4,62%.

Alarma en la industria
Wuhan, ciudad en la que comenzó a expandirse el coronavirus, es un importante centro industrial impulsado por el auge del mercado de la automoción en el país, sede de los principales productores nacionales de acero y automóviles y en el que tienen presencia más de 300 de las 500 principales compañías del mundo.

Los expertos avanzan que el cierre de ciudades en la región de Hubei, incluida Wuhan, puede tener un fuerte impacto en la economía china y ralentizarla aún más: el año pasado, el PIB nacional creció al 6,1%, su ritmo más bajo desde 1990, afectada por la guerra comercial con EE.UU.

Así, de forma indirecta, el plan de contingencia del Gobierno de Pekín afectó en Bolsa a compañías del sector energético como Ence (-5,44%) y Repsol (-3,44%), siderúrgicas como Acerinox (-3,56%) y ArcelorMittal (-3,69%) por el temor a una caída de la industria manufacturera y de la demanda de crudo.

El dinero se refugia
Los analistas tratan ahora de analizar precedentes similares para tratar de anticipar el posible impacto económico de esta epidemia. En este sentido, muchos echan la vista atrás para ver qué ocurrió en 2003 con el brote de gripe aviar. Aquella crisis redujo en un punto porcentual el PIB de China, pero únicamente un 0,1% el de Estados Unidos. El problema es que, a diferencia de ese año, ahora la economía china está mucho más interconectada con el resto de mercados. «Los contactos entre China y el resto del mundo se han disparado en los últimos 15 años y la aparición de focos de contagio a larga escala más allá de la región de Gran China obviamente cambiaría la ecuación», dice el economista jefe de AXA Investment Managers, Gilles Moëc, quien aclara que es pronto para cuantificar el impacto económico del coronavirus.

Eso sí, por si acaso, los inversores corren ya a refugiarse en activos considerados tradicionalmente refugio, como el oro, la deuda pública y el yen.
Source: ABC

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