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    Categories: Economía

Así se articula el billonario brazo financiero de Noruega

Los petrodólares noruegos –los beneficios derivados de impuestos a petroleras, las licencias de explotación y los dividendos de Statoil– y los beneficios del gas natural son depositados desde 1967 en un fondo de pensiones y, desde 1990, además en uno «global», de inversión en el exterior, popularmente conocido como «Oljefondet» (fondo de petróleo). Ambos fondos soberanos totalmente separados son propiedad del Estado Noruego. Este «Oljefondet» (o Fondo Global de Pensiones del Gobierno de Noruega), gestionado por Norges Bank Investment Management (NBIM) –parte del Banco Central de Noruega dependiente del ministerio de Finanzas– anunciaba a fines de octubre que el capital con el que opera superaba los 10,1 billones de coronas noruegas (986.000 millones de euros) al tiempo que el consejero delegado del Norges, Yngve Slyngstad, renunciaba al cargo que ocupaba desde 2008. A mediados de noviembre ya superaba el billón de euros. Teniendo en cuenta que Noruega tiene 5,3 millones de habitantes, a cada uno de ellos les correspondería unos 200.000 euros.

En el Ibex 35, el «Oljefondet» –que es el fondo soberano más grande del mundo– controla participaciones por un valor de mercado superior a los 8.000 millones de euros: la lista la encabeza Iberdrola, donde controla un 3,06% del capital, equivalente a 1.800 millones de euros a cierre del pasado día 24 de diciembre. En la eléctrica es el tercer mayor accionista, por detrás de Qatar Investments, que controla el 8,57% del capital, y el fondo estadounidense Blackrock, con un 5,07%. Le siguen los 1.610 millones de euros por el 2,58% de Banco Santander, en el que el fondo noruego es igualmente el tercer mayor accionista, tras Blackrock (5,08%) y Vanguard, titular del 3%. La participación noruega en Telefónica es del 2,88% colocándolo como el cuarto mayor accionista de la operadora de telecomunicaciones, con un valor de su posición a 24 de diciembre de 959 millones.

Con una clara visión y misión de sostenibilidad climática y responsabilidad social, el Oljefondet anunciaba en marzo pasado que desinvertía hasta 7.500 millones de dólares en pequeñas petroleras y gasistas, así como en compañías involucradas en la fabricación de armas nucleares, que dañen el medio ambiente o que violen los derechos humanos: «El objetivo es reducir la vulnerabilidad de nuestro bienestar común a un descenso permanente de los precios del petróleo», anunciaba la ministra de Finanzas Siv Jensen, subrayando que resulta más adecuado para este fin «vender empresas que exploran y producen petróleo y gas» que desprenderse de un sector energético diversificado. Para la jefa del Ejecutivo noruego, la conservadora (Høyre) Erna Solberg –en su segundo mandato–, se trata de una claro alejamiento en la producción energías fósiles contaminantes hacia el liderazgo en innovación ecológica y transformación verde, una de las piedras angulares de la «marca Noruega».

Los últimos datos publicados por el fondo reflejan que en los nueve primeros meses de 2019 obtuvo unas ganancias equivalentes a 120.000 millones de euros, muy por encima de los casi 16.600 millones del mismo periodo del año anterior. A través del Norges Bank, el Oljefondet invierte en más de 9.000 compañías en 73 países. En general, Norges invierte el 69,1% de sus fondos en acciones, el 28,2% en renta fija y el 2,8% en el sector inmobiliario. Estados Unidos, Japón y Alemania se mantienen como los tres principales mercados de deuda pública del fondo, mientras España es el sexto y, México, el octavo.

La próxima primavera, el Ministerio de Finanzas noruego probablemente decidirá acerca de una redistribución geográfica de las inversiones del Oljefondet que privilegiará más en acciones de empresas de Norteamérica y menos en europeas. Así se desprende de la recomendación que hizo el Norges Bank a Finanzas el verano pasado: «El consejo de Norges Bank aconseja que la distribución geográfica debería ajustarse aún más, aumentando el peso de las acciones en Norteamérica y reduciendo el peso de las acciones en los mercados desarrollados europeos», indica la carta del banco al ministerio como respuesta a un asesoramiento solicitado en 2018. Finanzas declaró que en el caso de darse un cambio, se aplicará gradualmente.

En el segundo trimestre de 2019, la inversión en renta variable –el 69,1% de la cartera del fondo con un beneficio del 3%– en empresas norteamericanas fue del 41,8%, en europeas el 33,4% y en Asia y Oceanía alcanzaron el 21,9%. Durante los últimos 25 años, las acciones norteamericanas han proporcionado al fondo un retorno anual del 9,9%, frente al 8,3% de las acciones de mercados desarrollados en Europa.
Source: ABC

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