El plan de Italia para dejar de estar bajo sospecha en Europa

«Nunca más guerra con Europa. Italia vuelve a ser protagonista en Europa, retoma el papel que le corresponde como país fundador que tiene ideas para marcar su visión de la Unión Europea en un camino mejor, cambiarla y hacerla más apta para afrontar los desafíos de nuestro mundo». Con esta firme declaración de intenciones se presentó el viernes el nuevo ministro de Economía, Roberto Gualtieri, a la reunión informal del Eurogrupo en Helsinki. Es otra Italia la que ahora se presenta a Europa, dejando atrás los enfrentamientos con Bruselas. Europa ha acogido con un suspiro de alivio el cambio en Italia, que ahora con la coalición del Movimiento 5 Estrelas y Partido Democrático (PD) cuenta con un gobierno europeísta, especialmente en los ministros clave, que son del PD.

Roberto Gualtieri, de 53 años, es un político de peso con gran habilidad, lo que es fundamental para negociar en Bruselas. Forma equipo con Enzo Amendola, también del PD, ministro para Asuntos Europeos. El cuadro se completa con el exprimer ministro, Paolo Gentiloni, de 64 años, que se encargará de Asuntos Económicos y monetarios, un papel importante que hace tan solo unas semanas era inconcebible que hubiera sido posible adjudicarlo a Italia. La nueva mayoría parlamentaria en Italia ha evitado que la Liga de Matteo Salvini enviara a Bruselas un comisario que hubiera creado tensión permanente en la Comisión. Todo un cambio de escenario en el que no hay que olvidar que el presidente del Parlamento europeo es David Sassoli, miembro del PD. Otra personalidad muy relevante en el Gobierno es la ministra de Interior, Luciana Lamorgese, de 66 años, considerada como la mejor delegada del gobierno que ha tenido Milán en las últimas décadas. Lamorgese está llamada a restituir credibilidad y prestigio a un ministerio clave para gestionar la inmigración, cartera ministerial que su antecesor Matteo Salvini utilizó en su beneficio como gran altar de visibilidad y de propaganda. En definitiva, el nuevo gobierno evita el creciente aislamiento al que la Liga de Salvini había llevado a Italia en Europa, mientras el país se dividía cada día más y crecía un sentimiento de odio y temor a la «invasión» de inmigrantes promovido por el exvicepresidente.

Ya se ha lanzado la promesa de bajar impuestos a clases medias e innovación

El ministro Gualtieri ha explicado ya algunos de sus grandes objetivos. En primer lugar evoca el estadounidense «Green New Deal» (Nuevo acuerdo verde) –conjunto de propuestas para combatir el cambio climático y reducir las desigualdades económicas–. Gualtieri, según precisó a «Repubblica», pretende ue las inversiones en este plan «verde» para estimular el crecimiento económico queden fuera del déficit (3%) exigido por Bruselas. El ministro de Economía ha prometido también reducir los impuestos a las clases medias y bajas, y a las empresas que inviertan en innovación.

Alivio en Europa
Salvini ha pregonado que el Gobierno italiano presidido por Giuseppe Conte ha sido «impuesto» por Macron y Merkel. Desde luego, está claro que ambos, como otros líderes europeos, deseaban un cambio de Gobierno sin la permanente «guerra» desencadenada por Salvini contra Bruselas. Salvini no parece haberse dado cuenta todavía de que un país tiene intereses estratégicos, comerciales y militares, con un sistema de alianzas, que debe cuidar con su política exterior. En el frente diplomático, el cambio ya es evidente. El próximo miércoles llega a Roma el presidente francés, Emmanuel Macron, para entrevistarse con el primer ministro, Giusepe Conte, con dos temas fundamentales de conversación: la nueva política sobre inmigración y cuestiones económicas. Han pasado solo siete meses de una de las más graves crisis diplomáticas entre Roma y París en décadas. Francia retiró su embajador en la capital italiana después de que el vicepresidente del Gobierno italiano y ahora ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, viajara a París para entrevistarse con líderes de los chalecos amarillos y animarlos en su lucha contra Macron. Parece que hubiera pasado un siglo.

El nuevo Gobierno ha creado ciertas expectativas. Algunos ministros han prometido la luna. Pero corren el riesgo de patinar, porque no hay dinero en las arcas del Estado. No se han hecho reformas y el estancamiento económico se prolonga durante dos décadas. Parecen eternos sus graves problemas de evasión fiscal, pobreza y desigualdades, pobres infraestructuras, excesiva burocracia, tiempos bíblicos en la justicia y astronómica deuda pública. En definitiva, Italia está con nuevo Gobierno, pero sigue con sus viejos problemas.

Así es Gualtieri

Nacimiento y formación: El ministro con el que Italia busca despejar las dudas de Bruselas, nació en Roma en 1966. Es profesor de Historia contemporánea en la universidad la Sapienza de Roma.

Trayectoria europea: Fue presidente de la Comisión de economía y finanza del Europarlamento. Resultó votado en dos legislaturas como uno de los eurodiputados más influyentes.

Primeros movimientos: Es un político de peso, que conoce bien los entresijos de Bruselas, con gran habilidad y competencia técnica para negociar en el Eurogrupo y Ecofin. Ya planteó el viernes a sus colegas en Helsinki la necesidad de una política fiscal expansiva para todos. Italia necesitará flexibilidad para llegar al menos al 2% de déficit en los presupuestos del 2020.
Source: ABC

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *