Lo que ya está asegurado legalmente desde que el pasado mes de diciembre entró en vigor la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, que en su artículo 88 da carta de legalidad a la desconexión digital en el ámbito laboral. Algo ya existente en la vecina Francia y en algunas multinacionales como AXA.
Los expertos consultados por Hays han apuntado a cuatro motivos: «la tecnología, que permite trabajar desde cualquier lugar del mundo; el miedo a ser reemplazado, una preocupación al alza entre los trabajadores; la percepción de que estar ocupado es visto como algo positivo; y la mentalidad impuesta de los jóvenes por encontrar un propósito en su trabajo, que puede conllevar a una presión innecesaria sobre ellos».
En cualquier caso, la investigadora del grupo de ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) Jessica Ortega-Barón, ha afirmado que la desconexión resulta imprescindible para regresar al trabajo con las pilas recargadas y evitar la continua sensación de cansancio. Para ello, ha recomendado, cerrar todos los asuntos de trabajo para poderse ir con total tranquilidad así como evitar llevarse el portátil o el teléfono de empresa. Si no se puede prescindir de ellos, ha comentado esta experta, lo más aconsejable es establecer un horario acotado para su uso. Un extremo especialmente recomendado para los trabajadores más jóvenes, los nativos digitales.
Por otra parte, esta imposibilidad de desconectar puede pasar factura sobre la salud del empleado, desde estrés o ansiedad a la bajada de defensas y la aparición de enfermedades. Algo bastante común entre los que se sienten imprescindibles en la oficina.
Tal es la conclusión del último informe anual sobre «El estado del mercado laboral en España» elaborado por Infojobs-ESADE, en el que se destaca que el 8% de los trabajadores no se cogen más de una semana seguida de vacaciones porque temen que el trabajo no salga adelante en su ausencia. Quienes siguen respondiendo emails, llamadas o whatshap aunque estén en su tiempo de descanso «suelen ser aquellos que tienen largas jornadas laborales, entre 10 y 12 horas laborales», indica la especialista en salud laboral. Una actitud, han apuntado desde este informe, que puede no sentar bien entre los compañeros y crear tensiones con la pareja o los hijos.
Al respecto, Liliana Arroyo, investigadora del Instituto de Innovación Social de Esade cree que no estamos preparados para darnos unas vacaciones de nuestros dispositivos, aunque echa en falta sentido común para su uso. «El móvil l es un apéndice para los jóvenes , forma parte de su grupo de amigos y lo necesitan para conectar con los otros», ha concluido esta experta.
Source: ABC