En sus 80 años una historia singular: Batman en Chile de Enrique Lihn

Batman, el icónico personaje del “Hombre Murciélago” cumple este 30 de marzo 80 años. Esto porque se conmemora ese día de 1939, donde él y el comisionado Jim Gordon debutan en Detective Comics Nº 27.

Bob Kane y Bill Finger crean este personaje atormentado que con el nombre real de Bruce Wayne ve cuando niño, cómo un ladrón asesinaba a sus padres.

Y para recordar su octogenario aniversario,queremos recurrir a algo bien bizarro: la existencia de una novela del escritor chileno Enrique Lihn llamada “Batman en Chile”.

Batman en Chile

Esta obra publicada originalmente en Argentina en ediciones La Flor en 1973 y en 2008  reeditada en Chile, con prólogo de Roberto Merino es una novela sarcástica y humorística que hace una parodia de la época de la Guerra Fría y la llegada del “Hombre Murciélago” a Santiago de Chile en la época del Golpe de Estado, como un agente de la CIA que viene a intervenir en la caída de Salvador Allende y desmantelar la Unidad Popular.

El autor Daniel Rojas Pacha es quién más ha escrito sobre el tema y se refiere a esta novela en su propio blog y frasea la obra de Linh.

A diferencia de lo que ocurría en Ciudad Gótica, aquí no había nadie fuera de la Ley; nadie a quien el hombre murciélago pudiera ponerle impunemente la mano encima, sin correr el peligro de ser condenado él mismo por infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado.

La lección histórica de su gran país, tan bellamente simplificadora, no había sido recogida aquí por estos aborígenes de mentalidad oscurantista; y el Partido Comunista, después de crecer inconteniblemente en la legalidad, estaba en la cima de la pequeña sociedad en vías de desarrollo, confundiendo todos los principios morales en que ella habría debido sustentarse; el piso de la misma era de arena movediza.

Batman en Chile

Quizás la frase que mejor relate esta obra situada en la antesala del Golpe Militar de Augusto Pinochet es: “el ocaso y soledad de un ídolo yanqui en su lucha contra el desierto rojo”.

Argumento de una obra extraña

La historia transcurre así, Juana Sommers, que suele llamarse Vilma Vance es secretaria de relaciones exteriores públicas y asuntos internacionales. Su jefe le informa que Batman viene a Santiago. Sus motivaciones no están del todo claras, quizás viene a rescatar a un perseguido político llamado William Morgan, o quizás está en Chile para liberar al país del yugo del proletariado de la UP.

Tiene algunos momentos de calentura e intimidad con Juana, son arrestados por la policía y son llevados a una mansión donde pasa por momentos oníricos donde sueña con Robin en Vietnam.

Todo este bizarrismo además es reseñado por el crítico literario Mario Valdovinos en 2009 en El Mercurio.

Un desvaído hombre murciélago se pasea desconcertado por el Santiago previo al golpe militar, nostálgico de su baticueva, más fecunda en aventuras.

El relato abunda en escenas teatrales, en ironías contra un país insumiso con el imperialismo, al mismo tiempo que acota el espacio del absurdo en medio de una narración que se exhibe como ficticia y se autoparodia. La novela soslaya el panfleto y el panegírico a la vía chilena al socialismo. Batman es el extraño en el mundo, el superhéroe humillado, el ángel caído de Ciudad Gótica.

Batman en Chile

 Palabra de Lihn

La obra de Lihn es una locura en tiempos de mucha tensión, una pieza perdida que aún busca explicaciones, la que Daniel Rojas de la Universidad de Tarapacá trata de desentrañar en su texto “Batman en Chile o la deformación histriónica de un mito”.

Y así es mejor que el propio Enrique Lihn trate de explicar su obra en estos párrafos escogidos:

De pronto, recordó intensamente al niño maravilla y lo vio, al mismo tiempo, sentado al piano en un rincón de la Baticueva, en el momento mismo en que Robín -otro detalle onírico pero todavía coherente- se aprontaba, con las manos crispadas sobre el teclado, a iniciar un concierto” Una de las polonesas de Chopin hizo su irrupción en la atmósfera antiséptica bañándola de aletargantes irradiaciones lumínicas. Como si hubiera descarrilado, allá en el cielo, un vagón cargado de Kriptonita Verde (102).

Habiéndose retirado a buen compas de pies a sus habitaciones privadas, como en sus mejores tiempos de hombre murciélago, Bruno Díaz concilio un sueño sin alternativas, enteramente mediocre. Soñó que despertaba en ciudad gótica de una pesadilla de la que no lograba acordarse, relacionada con un país llamado Chile y con su lucha contra el comunismo. Todo eso tan lejano como el más remoto de los planetas.


Source: Fayerwayer

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *