Comer marihuana es más peligroso que fumarla

Tras la legalización de la marihuana en algunos estados de EE UU, un grupo de investigadores han realizado un trabajo para comprobar los efectos en los usuarios. Y una de las conclusiones más destacadas es que, pese a la creencia de que los productos comestibles que tienen como ingrediente esta planta son inocuos o carecen de efectos graves en el organismo, sí que dejan una huella importante en el cuerpo. De hecho, subrayan la aparición de alteraciones en el corazón y desarrollo de trastornos psiquiátricos.

Por lo que ahora resulta que inhalar “maría” es menos perjudicial que comerla. El estudio, que ha sido publicado en “Annals of Internal Medicine”, ha recogido los casos atendidos en urgencias durante cuatro en el Hospital Universitario de Denver, en el que se han atendido más de 2.500 casos por intoxicación por la hierba. Los productos derivados de la marihuana, como los brownies, las galletas y los osos gomosos, se asocian con “complicaciones médicas que nunca sabíamos que estaban asociadas con la marihuana”, sostiene la neurocientífica Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas en los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, que es ajena al estudio.

Efectos graves

En los casos atendidos en las urgencias del hospital estadounidense vieron desde ataques al corazón hasta alteraciones en el ritmo cardiaco del mismo en aquellos pacientes que habían comido alimentos que contenían marihuana. Además, en este grupo de afectados también se observaron casos de crisis psicóticas.

Lo cierto es que no queda claro porqué diferentes dolencias se asocian con distintos métodos para asimilar el THC (tetrahidrocannabinol), la droga psicoactiva en la marihuana. “Estos son fenómenos nuevos, recalarán los clínicos, como asegura el médico de Urgencia Andrew Monte, del Hospital de la Universidad de Colorado, quien dirigió la investigación.

«Mientras que muchos consideran que la marihuana es una droga relativamente segura, con numerosos beneficios para la salud, especialmente cuando se usan con fines medicinales, otros han expresado su preocupación por unos beneficios exagerados frente a los daños de la droga subestimados, como fue el caso del tabaco antes de 1964», manifiestan Wan Tan y Don Sin, Centro para la Innovación del Pulmón Cardíaco en la Universidad de British Columbia y el Hospital St. Paul’s, Vancouver (Canadá).

La marihuana es bastante similar al tabaco, a excepción del THC, su ingrediente activo. Por ello, Tan y Sin reclaman una mayor evidencia científica a través de la puesta en marcha de ensayo clínicos que verifiquen los daños y las dosis recomendadas según situación clínica del paciente.

Por eso, Volkow demanda que la FDA debería inmiscuirse en estos temas y regular mediante la aplicación de una guía que describiese dosis máximas según el producto y las condiciones de la persona. Sin la estandarización, “sólo estás poniendo en peligro la salud de estas personas”, concluye la neurocientífica.

Source: A tu salud

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