¿No puede tomar estatinas? Ya existe un nuevo medicamento contra el colesterol sin efectos secundarios

El día que Akira Endo descubrió la primera estatina jamás pensó que los niveles globales de colesterol se reducirían tan rápidamente. La encontró en 1987, casi de casualidad: plantó varios miles de hongos para dar con la sustancia que consiguiese reducir los problemas cardiovasculares que genera el engrosamiento de las arterias. Desde entonces, este tipo de medicamentos ha demostrado su eficacia para prevenir ataques al corazón y otras complicaciones cardíacas en personas que ya habían sufrido una o que tenían un elevado riesgo de padecerla. De hecho, es la opción preferida para el 67% de quienes intentan hacerle frente. El problema es que no todo el mundo puede consumirlas por los efectos secundarios que ocasiona: dolores musculares o malas interacciones con otros medicamentos, entre otros. Eso quiere decir que un porcentaje significativo de la población mundial no sería apta para su consumo y que, por lo tanto, se vería obligado a buscar alternativas para evitar complicaciones. La última de ellas es la que acaba de publicar la revista “New England Journal of Medicine”: un medicamento oral efectivo para todos aquellos que no pueden consumir estatinas.

Un 27% de los españoles de entre 25 y 74 años ha reconocido tener problemas de colesterol, según la última encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Un dato que corrobora el incremento de 442% en el consumo de estas pastillas entre 2000 y 2012. Sin embargo, la cifra parece haber encontrado techo con todos aquellos que han dejado de consumirlas drásticamente. “Reducir el nivel de colesterol es clave para evitar ataques cardíacos y accidentes cardiovasculares”, señala Kausik Ray, profesor de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres. Su último estudio demuestra que el ácido bempedoico podría ser el tratamiento alternativo ideal para estos pacientes. Sin embargo, por el momento, solo se está utilizando en los que ya toman estatinas. El resto tendrán que esperar.

Demasiado colesterol LDL en la sangre puede dar lugar a placas que obstruyan los vasos sanguíneos. Para mantenerlo controlado, es necesario practicar hábitos de vida saludables, evitar el tabaquismo, practicar actividad física y mantener una alimentación baja en grasas y azúcares. Pero, en los casos donde estos cambios en el estilo de vida no sean suficientes, el médico podrá recomendar el uso de estos medicamentos. “El ácido bempedoico actúa bloqueando la enzima dedicada a la producción de colesterol: ATP-citrato liasa”, recoge la investigación, que ha sido realizada con 2.230 pacientes que presentaban altos niveles de colesterol. Para algunos de ellos, se eligió el nuevo tratamiento; para ortos, placebo. Tras tres meses, descubrieron que el ácido bempedoico reducía los niveles de LDL en un 18,1% en comparación con los que se valieron de placebo. “Una de sus ventajas es que no provoca los dolores musculares que sufren los consumidores de estatinas, pues el hígado lo absorbe con facilidad, impidiendo así que vuelva a salir y afecte a los músculos”, añade Ray. He aquí, por lo tanto, la opción para aquellos pacientes que no las toleran.

“Estos últimos avances demuestran que el tratamiento es seguro durante periodos más largos”, concluye el autor. Con este nuevo medicamento, que está a la espera de licencia para comercializarse en Europa y Estados Unidos, se reforzarían los tratamientos destinados a evitar alrededor de 80.000 infartos e ictus anuales. El éxito de los primeros fármacos ha sido tal que las instituciones dedicadas a elaborarlas guías sobre quién debe tomarlos han ido ampliando los criterios por los que alguien puede beneficiarse de ellos, bajando los niveles de colesterol y reduciendo el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular en el futuro. Tal es así que un cáculo del investigador de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) John Ioannidis estimaba que, según los criterios elaborados por el Colegio Estadounidense de Cardiología y la Asociación Estadounidense del Corazón de 2013, hay mil millones de personas en todo el mundo a las que se podría recetar estos fármacos.

Source: A tu salud

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