"A partir de este año ya no habrá que salir de España para recibir protonterapia"

1- ¿Cómo surge la protonterapia como terapia contra el cáncer?

La primera unidad de protonterapia a nivel mundial fue instalada en los Estados Unidos a fínales de los años 1950. Ya en 1946, Wilson, físico americano del Harvard Cyclotron Laborator y de dicha Universidad, propuso que los haces de protones podían constituir una excelente alternativa a la radioterapia «convencional» con rayos X (fotones).

2- ¿Cómo funciona?

Los protones, por definición, son partículas subatómicas con carga positiva contenidas en el núcleo de los átomos. En terapia, se producen a partir de átomos de hidrógeno, a los que se extrae el único electrón del que disponen. Los haces de protones se obtienen en potentes aceleradores y sus características físicas les permiten «esculpir» de manera óptima la dosis en el tumor y a su alrededor respetando de manera los tejidos sanos circundantes.

3- Quirónsalud abrirá las puertas del primer centro en España. ¿Cuáles son las indicaciones que a priori va a tener este abordaje?

Todo paciente en que un incremento de dosis de radiación al tumor sea necesaria para aumentar la probabilidad de control de la enfermedad o, inversamente, en que una reducción de la dosis a los órganos críticos circundantes sea prioritaria es potencialmente candidato a un tratamiento con protones. Por ejemplo, los tumores intraoculares (melanoma), los situados en la base de cráneo cerca del agujero occipital, los tumores pediátricos que por su elevado nivel de curación actual (80% a cinco años). Hoy, un sinfín de indicaciones están siendo investigadas como por ejemplo, los tumores cerebrales en los adultos jóvenes.

4- ¿Qué requisitos tecnológicos debe cumplir esta herramienta?

De manera sucinta el sistema ha de disponer de un acelerador lo más compacto posible, que ocupe el mínimo de superficie, estable y fiable, con una energía suficiente para alcanzar una profundidad de 20-25 cm en el paciente. También es importante que disponga de una tecnología de barrido del haz para optimizar el «esculpido» de los volúmenes blancos a tratar y un sistema de monitorización y corrección on-line de los órganos móviles.

5- ¿Cómo impacta en el profesional médico?

Muy positivamente, si la comunidad médica sabe gestionar convenientemente este recurso hasta ahora único. Es un privilegio para todo terapeuta sumas más medios a su alcance.

6- ¿Cómo son los equipos médicos organizados en torno a este sistema?

Excelentes oncólogos, motivados, dispuestos a aceptar el desafío de poner en marcha algo único y grande. De por sí, los referentes del equipo médico (Dr. Carme Ares) y de física médica (Dr. Alejandro Mazal) seleccionados son profesionales de gran prestigio internacional con una experiencia de muchos años en el campo de la protonterapia en Europa y los EE UU. Deseamos hacer crecer los equipos con otros profesionales jóvenes dirigidos por los líderes del proyecto y con una formación en centros de referencia antes de incorporarse al proyecto. Nuestro proyecto quiere implementar y desarrollar una organización en red para que oncólogos, neurocirujanos o físico médicos de cualquier centro hospitalario público o privado de España pueda consultar y/o referir pacientes potencialmente candidatos a un tratamiento de protonterapia. Esta es la función en la que me siento más identificado, al haber desempeñado en el pasado en Suiza una función similar de coordinador del Grupo Cooperativo Helvético (Swiss Proton Users Group), red de colaboración de todos los servicios de Radiooncología suizos con el Centro de Protonterapia del Paul Scherrer Institut, cerca de Zurich.

7- ¿Y qué beneficios tiene el paciente?

El mejor tratamiento. Si se prescribe, a partir de este año ya no habrá que salir de España para recibir protonterapia. Hasta ahora, el servicio también de los ciudadanos, ya que el sistema de Sanidad público de nuestro país ha tenido que financiar en los últimos 40 años el coste del tratamiento y hospedaje de todos los pacientes tratados con protones en el extranjero.

8- ¿Hay distinción o limitaciones entre un niño o un adulto?

No muchas. De hecho, hoy en día la mitad de los pacientes con cáncer infantil son candidatos a una radioterapia en algún momento. Se considera que al menos una tercera parte de los candidatos a una radioterapia deberían ser tratados con protones. El factor limitante lo constituye la necesidad de anestesiar para conseguir la inmovilidad durante las sesiones de los menores de seis años, pero también es así para los tratamientos pediátricos con radioterapia convencional. En pacientes adultos las indicaciones hasta ahora son más restringidas, en parte por una razón de optimización de recursos priorizando aquellas para las cuales los protones son imprescindibles.

9- ¿Cuánto tiempo duran las sesiones?

En promedio, cada sesión dura unos 20 minutos diarios para un adulto y unos 40 para uno pediátrico, si hay anestesia de por medio. Ello incluye el tiempo de posicionamiento y verificación de la calidad de la geometría haz-paciente con exactitud milimétrica. El tiempo de irradiación es muy breve, y puede ser, según la dosis administrada y del número de campos de irradiación de uno a tres minutos.

10- Además de tratar el cáncer, ¿qué otras aplicaciones tiene?

Entendiendo como tumores no cancerosos aquellos que no diseminan en forma de metástasis, existen algunos que pueden ser tributarios de tratamientos con protones: ciertos tumores benignos de los nervios craneales (neurinomas), del cuello (paragangliomas) o de la región hipofisiaria (craniofaringiomas). También, malformaciones vasculares cerebrales. En un futuro próximo, la precisión de haces de protones ultrafocalizados («microbeams») deberán ser considerados para el tratamiento de determinadas arritmias cardíacas.

Source: A tu salud

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