Espacio patrocinadoAunque la estrategia también puede fallar. En el mismo ejemplo anterior, si en lugar de bajar a 23 euros nuestra predicción falla y suben hasta 28, nos veremos obligados a comprar las acciones más caras para devolverlas a su propietario, con la consiguiente minusvalía de 1,5 euros por título.
Pero intentar aprovechar mercados bajistas no es la única utilidad de las posiciones bajistas. Éstas también se emplean como herramienta de cobertura para proteger las posiciones largas (que son las normales, aquellas en las que compramos un título pensando en que se va a revalorizar). ¿De qué manera? Abriendo posiciones cortas que se contrapongan a otras largas que tengamos abiertas. Por ejemplo, si sabemos que el petróleo y las petroleras están correlacionados, podemos abrir posiciones largas sobre el petróleo y cortas sobre las petroleras. De este modo, si se producen caídas en el petróleo, las posiciones cortas en las petroleras lo harán bien y compensarán las minusvalías en el crudo.
Esta estrategia consiste en pedir un activo prestado para venderlo después, esperando que caiga su precio
Este tipo de estrategias consistentes en apostar a que un valor o activo va a caer en bolsa son muy empleadas por los gestores de fondos. La única condición para poder implementarlas es que haya inversores dispuestos a prestar sus valores. Si bien, se trata de operativas de riesgo bastante elevado, por lo que no son recomendables para inversores poco experimentados o con aversión al riesgo.
Source: ABC