Cualquier usuario que pide una pizza a domicilio a través de una aplicación paga impuestos por esa operación. La empresa que sirve la pizza también. Pero quienes recopilan, almacenan, procesan y venden los datos que genera esa compraventa no pagan impuesto alguno. Y Merkel está decidida a cambiar esto. Ya al inicio de esta legislatura declaró que «los datos son la materia prima de la economía del siglo XXI» y ahora acaba de desvelar su intención de regular el nuevo sector de los datos, en una iniciativa pionera y que será, sin duda, seguida de cerca por el resto de las administraciones públicas en todoSeguir la noticia