El sector de las frutas y verduras repercute positivamente en la balanza comercial española. Nuestro país, que lidia con una competencia feroz de África y Asia, es líder europeo y mundial en la exportación de muchos productos cuyas cifras no paran de crecer en los últimos años. Un caso específico es el sector del pepino, que ha conseguido dejar atrás la crisis sufrida en 2011, cuando fue acusado de provocar el brote de la bacteria «E. Coli» que ocasionó más de cincuenta muertes en Alemania. A pesar de que posteriormente se demostró que las empresas españolas encargadas del cultivo de esta hortaliza no tuvieron culpa alguna, durante los meses de pánico sufrieron pérdidas severas. «Se generó mucha incertidumbre, se bloqueó todo y nadie compraba productos frescos», explica Antonio Lavao, gerente de Frunet Bio, una de las compañías más afectadas.
Después de seis años, la cooperativa, que opera en el litoral oriental andaluz –la zona que mayor actividad genera el sector del pepino–, ha llegado a un acuerdo extrajudicial con el Gobierno de Hamburgo, que fue quien principalmente vertió las acusaciones, y será indemnizada por este. Aparte de Frunet Bio, la empresa Hortícola Costa de Almería también será compensada económicamente por los daños ocasionados. Con el acuerdo llevado a cabo se pone punto y final a la pesadilla: «Estamos muy contentos de poder darle carpetazo a este asunto», relata Lavao.
El gerente cuenta que ya después de tantos años la cifra económica no era lo más importante, sino salvar el honor de la empresa con el reconocimiento del error por parte de Alemania. «Pienso que se precipitaron en todo. No pensaron en el daño que podían ocasionar, no solo a nosotros, sino a todo el sector. Habían hecho un desaguisado tan grande que se empezó a dudar del sector español y del propio sector europeo. Al final, con este acuerdo han reconocido que algo malo hicieron», recalca.
A pesar del bloqueo, el sector del pepino se recuperó satisfactoriamente de la crisis e incluso llegó a cerrar con números positivos el año 2011 respecto al anterior. Fue en 2012 cuando el ingreso por exportaciones se disparó, una dinámica que se ha ido incrementado cada vez más hasta llegar a superar los 500 millones de euros en 2016. Lavao destaca que el segmento de los productos ecológicos está de moda en Europa, lo que ayuda a esta subida. En este primer semestre, los datos también han arrojado un importante ascenso respecto al mismo periodo de 2016, llegándose a recaudar algo más de 324 millones, lo que supuso un 29,05% más.
Precisamente, el país destinatario que mayor repercusión tiene en la recaudación por exportaciones de pepinos es Alemania, donde el consumo de esta hortaliza en su dieta es amplio. Los importadores germanos destinaron en 2016 más de 214 millones –un 38,9% del total recaudado– para comprar toneladas de este producto, mientras que durante los primeros seis meses de este año lleva ya 117 millones, un 36% del total. La diferencia con el segundo, el Reino Unido, es sideral. Del país británico se recaudó 72 millones en 2016, mientras que en el primer semestre de 2017 la cifra ha sido de 41 millones. Estas cifras de la primera mitad del año auguran de nuevo una subida importante a final de curso.
Un control de calidad exhaustivo
Los alimentos frescos pasan varios controles de calidad para poder garantizarse su venta. Aparte de los exámenes que realizan los propios trabajadores de la empresa en el campo y en el almacén, los alimentos deben tener certificados de empresas externas. Igualmente, los clientes de mayor tamaño también cuentan con equipos de control de calidad para testar los productos. Por esta razón, los productores de pepinos sospechaban en 2011 de la veracidad de las acusaciones alemanas. «Los controles, en nuestro caso, son bastantes rigurosos. En Europa apenas hay crisis alimentarias en productos frescos; los escándalos son casi inexistentes», explica Antonio Lavao.
Source: ABC