Y el nuevo vicepresidente (-a) del BCE es… ¡hagan juego señores!

Abierto el plazo desde hace meses para lograr un asiento en la cúpula del Banco Central Europeo (BCE), la carrera por posicionarse en un buen lugar en la parrilla de salida está muy reñida. Los «corredores» lo saben, y buscan apoyos que les permitan llegar a la meta holgadamente. O, al menos, con opciones de triunfo. Y es que el mandato de cuatro de los seis miembros de la cúpula de la autoridad financiera europea expira durante los próximos 24 meses (vicepresidente, economista jefe, presidente y responsable de mercados financieros, por ese orden).

Así pues 19 Estados de la zona euro han empezado a hacer sus cábalas y a buscar entre sus políticos, economistas y financieros posibles candidatos para lograr plaza en Fráncfort (o mantenerla). A partir de febrero de 2018, pistoletazo de salida para elegir al sustituto del vicepresidente Vítor Constâncio, cuyo mandato concluye en mayo de 2018. Y esa plaza parece estar reservada para España.

Muchos ya dan por hecho que el ministro español de Economía, Luis de Guindos, será finalmente el elegido, porque además se comenta que parece contar con el visto bueno de Berlín (de la mismísima canciller, Angela Merkel). Pero no todo está decidido, dicen por ahí. A más de uno, y de dos, le conviene hacer ruido y corre el rumor de que la candidatura definitiva no está ni mucho menos decidida ni concedida, ya que el equilibrio de fuerzas dentro del organismo financiero es muy delicado y el número de aspirantes muy numeroso. Además, hay ocho países que todavía no han ocupado nunca una plaza en el BCE (Irlanda, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Estonia, Letonia, Lituania, Chipre y Malta).

Paradójico es que Merkel se negara en el pasado a que España continuara ocupando un puesto en el comité ejecutivo del BCE en 2012 (el español José Manuel González-Páramo ocupó dicha plaza entre 2004 y 2012), pero la situación ha cambiado. Y, mucho. España ha hecho los deberes. Ha sido buen alumno. De Bruselas. Y de Alemania. Así es que toca recompensa, por lo que en el Gobierno del PP se da por hecho desde hace tiempo el respaldo alemán a la vicepresidencia en 2018.

Además, tras el mandato del italiano Mario Draghi, que vence en 2019, Berlín quiere a su banquero central, Jens Weidmann, sentado a la cabeza de la entidad monetaria, pero su nombramiento será más digerible si su segundo de a bordo procede de un país del sur de Europa. Blanco y en botella. Un favor, por otro. Y como además De Guindos está muy bien valorado en Bruselas, gozaría, pues, del beneplácito necesario y con más «votos» de peso para ocupar este cargo.

Pero… lo dicho. Hay más candidatos que sillas. Y dentro de las fronteras de cada país, pues también. Y España no va a ser la excepción. A la candidatura única del ministro de Economía se uniría la que dicen que preparan aquellos que formaran en el pasado el núcleo duro que dio la batalla parlamentaria en la oposición al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por la vía económica. A saber: Cristobal Montoro, Fátima Báñez y Álvaro Nadal.

Pues bien, los mismos que advierten de este frente común por un candidato distinto aseguran que lo que está ocurriendo con el caso Popular –tras su resolución europea y venta posterior por un euro al Santander– podría estar empañando ese prestigio del ministro de Economía español. Si bien es verdad que estos últimos años se ha llevado todas las loas europeas por dar la cara tras el rescate bancario en 2012, tanta contención, tanto ajuste, y tanta medida impopular puesta en marcha por otros Ministerios debería ser igualmente recompensada. «Hemos superado el accidente (crisis) pero hemos salido lisiados», argumentan. A lo mejor, tiene algo que decir la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Además, en el BCE quieren una mujer en su seno y, lo mismo, el trío económico de la vieja guardia económica de Rajoy tiene entre sus filas actuales la candidata perfecta. ¿Eva Valle? Es una idea. La mujer de otro ministro afin al núcleo, Alberto Nadal, tiene capacidad, experiencia y conocimientos desde luego no le faltan. ¡Hagan juego señores!
Source: ABC

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