Emilio Colomina era consultor de éxito en uno de los grandes grupos internacionales cuando el gusanillo del emprendimiento hizo que comenzará a hacer los primeros pinitos en el mundo de los negocios. Al más puro estilo Steve Jobs empezó a confeccionar las camisas que comenzaron a llevar sus compañeros y jefes hasta que en 2012 abrió su propio negocio, La Fábrica de Camisas. Hoy, sus prendas a medida han encontrado hueco entre lo más granado del mundo de los negocios, empresarios y consejeros del Ibex son fieles a su firma, que ha logrado situarse entre las más codiciadas por jóvenes y mayores.
Colomina vivió desde joven la pasión por los negocios. De padre y hermanos emprendedores no titubeó cuando, viendo el éxito que tenían sus camisas a medida, tuvo que tomar la decisión de dejar su empleo de consultor y, ya con dos hijos, empezar de cero y arriesgar.
«La mesa del comedor de casa de mi madre siempre estaba llena de tejidos pendientes de cortar y de camisas por entregar», recuerda Emilio Colomina. De ahí pasó al garaje que les dejó la madre de su mejor amigo Darío, donde almacenaban tejidos y cortaban las piezas de tela hasta las 3 y 4 de la madrugaba. Después comenzaron a trabajar en un local de 20 metros, donde había cola para entrar, y en septiembre de 2015 abrieron un local de más de 200 metros, en el Paseo de la Habana, en Madrid.
Colomina recuerda que sus inicios fueron intensos, «barría, hacía los pedidos, negociaba con los proveedores y atendía. Fueron unos años duros, trabajábamos más de 17 horas diarias, sin vacaciones y casi sin ver a los hijos», afirma este empresario para el que un verdadero emprendedor tiene que «empezar desde abajo, conocer su negocio al dedillo y a todos sus clientes». Una fórmula de éxito que ha convertido a la Fábrica en la empresa que más camisas a medida vende. Desde que empezaron, cerca de 40.000.
Junto a sus socios empezó haciendo camisas a domicilio, visitando casas privadas y empresas, un servicio que hoy les sigue diferenciado de los competidores. Y el éxito fue tal que les llevó a adentrarse en la confección de trajes de chaqueta a medida. «Son trajes de 100% lana fría, sin poliester», recalca el empresario.
España como garantía
Colomina ha apostado por la confección española porque «nos da una serie de garantías de calidad y servicio que empresas de fuera de Europa no te dan. También nos aseguramos de que trabajamos con empresas que garantizan condiciones dignas de trabajo», puntualiza, para acto seguido añadir: «Los productos que se fabrican fuera no ofrecen garantías de calidad ni de servicio ni de condiciones laborales, lo único que ofrecen -dice- son precios bajos. Y nosotros preferimos vender un producto digno a un precio justo». Eso sí los materiales que utiliza no son siempre españoles porque «tanto en camisería como en sastrería los mejores tejidos vienen de fuera», puntualiza.
Las empresas que fábrican sus productos fuera de España defienden su decisión en que los costes siguen siendo altos en España, algo sobre lo que Colomina asegura: «Sigue siendo mas barato fabricar fuera. Para las empresas que hacen grandes producciones, y pueden permitirse el lujo de tener estructura en el país de fabricación, seguro que es mas barato, para empresas pequeñas y medianas que no hacemos grandes producciones y no podemos tener estructura dentro del país de fabricación no es más barato».
La Fábrica de Camisas da empleo de forma directa a 11 trabajadores, pero «ponemos nuestro granito de arena en muchas fábricas españolas con las que trabajamos. Contamos con 52 proveedores y podríamos decir que de forma indirecta estamos pagando los salarios de otras 15-17 personas», señala.
Cuando se le pregunta por la internacionalización del negocio, Colomina explica que el modelo de camisería a medida es muy difícil de escalar. Avanza que 2017 es un año de asentamiento del negocio físico y del online detro y fuera de España, y agrega que «cuando lo consigamos estaremos preparados para internacionalizar el modelo de tiendas físicas. Preferimos un modelo de expansión más lento pero más sólido, no queremos ser una burbuja que se pueda pinchar fácilmente», concluye.
Source: ABC