El nombramiento de Marcos Peña como mediador en el conflicto del aeropuerto de Barcelona-El Prat no ha sido una sorpresa. Máxime cuando hace pocas semanas ya fue designado para ejercer de árbitro en el caso de los estibadores. Peña, turolense de 69 años, lleva mucho tiempo negociando convenios colectivos en nuestro país, por lo que es considerado uno de los grandes expertos en esta materia. Todos coinciden en que es un hombre tranquilo y afable y que su presencia resta crispación en las negociaciones.
Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, es inspector técnico de Trabajo y de la Seguridad Social. Tras un breve paso (1991-92) por el Ministerio de Sanidad y Consumo como secretario general de Salud, ocupó la Secretaría General de Empleo y Relaciones Laborales entre 1993 y 1996 en el último gobierno de Aznar. Su prestigio profesional hizo que Jesús Caldera, ministro de Trabajo y Asuntos Sociales con Zapatero, le propusiera en 2006 para presidir el Consejo Económico y Social (CES), cargo que ocupa actualmente y desde el que asesora al Gobierno de turno en materia socioeconómica y laboral.
Ha presidido la comisión negociadora de convenios colectivos de compañías como Telefónica, Renfe, Repsol, Alcatel, Endesa y Astilleros, entre otras.
Es el tercero de cuatro hermanos y está muy vinculado a la localidad de Oliete (Teruel), aunque también hace sus escapadas a Marbella y a La Granja (Segovia).
Mantiene una relación muy cordial tanto con el presidente de la CEOE, Juan Rosell, como con los líderes sindicales Cándido Méndez, Toxo, Pepe Álvarez y Unai Sordo, los cuales, acuden asiduamente a la sede del CES, en la madrileña calle de Huertas —donde estuvo el diario «Pueblo»— a numerosos actos, como la firma de los distintos acuerdos para el empleo y la negociación colectiva (AENC).
Source: ABC