Los riesgos de una recuperación a golpe de talonario

La economía mundial vive, tras años de dura crisis, un momento dulce. El crecimiento económico parece haber echado raíces y actualmente sólo se cuentan seis países en recesión en todo el globo. Además, el paro disminuye y la inflación se mantiene bajo control. Sin embargo, muchos economistas sospechan que los pilares de este nuevo ciclo bien podrían ser de barro. Y es que los años de recesión han dejado una factura milmillonaria de deuda, superior incluso a la existente antes del estallido de la burbuja en 2007. Una recuperación construida a golpe de talonario que amenaza con dejar un regusto amargo.

Según los datos desvelados esta semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la deuda mundial batió en 2016 un nuevo récord al alcanzar los 164 billones de dólares, el 225% del PIB mundial. Buena parte de este alza se debe a China, quien ha contribuido por sí sola al 43% del incremento desde 2007. Junto al gigante asiático, Japón y Estados Unidos son los otros dos grandes responsables. Los tres juntos engloban más de la mitad de la deuda global. España, por su parte, tiene una deuda interna del 99% del PIB, muy alejada también del límite máximo del 60% que los economistas consideran aceptable.

China, el mayor alza
Según explica el FMI en su reciente informe, de los 164 billones de dólares de deuda, el 63% es deuda del sector privado no financiero y el 37% restante es deuda del sector público. Además, la mayor parte de la deuda mundial corresponde a las economías avanzadas, aunque en los últimos diez años, las economías de mercados emergentes han sido las responsables de la mayor parte del aumento, como es el caso de China.

¿Nos encontramos entonces ante una nueva burbuja de crédito? Mario Weitz, consultor del Banco Mundial y profesor de la escuela de negocios Esic, cree que así es: «La economía mundial se enfrenta, a medio plazo, a varias amenazas claras y una de ellas, sin duda, es el aumento histórico de la deuda. Esta escalada del endeudamiento de gobiernos, familias y empresas se vincula a lo barato que ha sido la financiación, con tipos de interés bajísmos en los países ricos. Una política monetaria tan laxa y durante tanto tiempo ha sido un error y a mi juicio sí que ha originado una burbuja en el mercado de crédito», explica. «La política monetaria expansiva se ha basado en tipos de interés cero y compras de deuda pública por parte de los bancos centrales. ¿Cuál ha sido el error en mi opinión? Mantenerlas tanto tiempo vigentes. El peligro es que, como consecuencia de ese exceso de liquidez, la inflación suba más rápidamente de lo esperado y ello, a su vez, obligue a los bancos centrales a subir bruscamente los tipos de interés. Ello elevaría el coste de financiación y haría que la deuda no pudiera ser refinancada con facilidad», prosigue Weitz.

En la misma linea se muestra Juan José Toribio, profesor emérito de Economía del IESE Business School. «Estas burbujas de deuda se originan por los fuertes programas de compra de deuda puestos en marcha por los bancos centrales. Ahora mismo dependemos de la habilidad con que las personas que están al frente de estas instituciones consigan implementar la vuelta a la normalidad monetaria. Aunque lo cierto es que la subida de tipos va a afectar a un colectivo muy amplio. El alza de los tipos baja automáticamente los precios de la deuda. Y esto, a su vez, afecta tanto a las cuentas de resultados de los bancos centrales, como a los bancos privados, especialmente los europeos, que tienen sus balances cargados de deuda pública. Y ello sin olvidarnos de los inversores privados que, a través de fondos de inversión, o fondos de pensiones, hayan invertido en deuda pública».

Radiografía del endeudamiento
Como fuere, lo cierto es que la radiografía del endeudamiento actual es radicalmente distinta a la que se observaba antes de la crisis, cuando la deuda de familias y empresas era muy elevado y, por contra, los gobiernos tenían una situación financiera más holgada. Ahora, y aunque en España la deuda de los hogares sigue siendo elevada, lo cierto es que la deuda pública es un factor importante en el aumento de la deuda mundial que preocupa a los economistas. De hecho, los ratios de deuda y PIB en las economías avanzadas se encuentran en niveles no vistos desde la Segunda Guerra Mundial. «Los coeficientes de deuda pública han aumentado constantemente en los últimos cincuenta años», alerta en su informe el FMI.

A ello hay que añadir que en las economías de mercado emergente, entre los que se encuentra China, la deuda pública se encuentra en niveles solo observados durante la crisis de la deuda de la década de los años 1980. Esto ha supuesto que la carga por los intereses ha crecido rápidamente en los países en desarrollo. La carga de intereses se ha duplicado en los últimos 10 años hasta alcanzar cerca del 20% de los impuestos.

Secuelas de la crisis
«Existen varias razones por las que los niveles elevados de deuda y déficit públicos son motivo de preocupación. Los países con una deuda pública elevada son vulnerables a los cambios en las condiciones de financiación, lo que podría obstaculizar su capacidad de endeudamiento y poner en peligro la economía. Además, la experiencia histórica indica que el nivel elevado de endeudamiento y déficit de un país aumenta la profundidad y la duración de una recesión, como en el caso de las secuelas de una crisis financiera, debido a que los gobiernos son incapaces de desplegar un respaldo fiscal suficiente para la economía», dice el FMI.

Para Sara Baliña, economista de BBVAResearch, «la alerta por el elevado nivel de deuda nos llega ahora pero se trata de un problema que lleva años gestándose. Las condiciones financieras laxas y la abundancia de liquidez han dado lugar a ello». «Ahora bien, no creo que esta situación nos vaya a llevar a una crisis similar a la de 2007 porque hay muchos aspectos que son distintos», matiza Baliña.

Próxima subida de tipos
«Habrá que confiar en la pericia de los bancos centrales. Se espera que en 2018 los tipos de interés suban un 1% adicional en Estados Unidos y se mantengan estables en Europa. Pero a partir del 2019 se descuentan subidas también en el Viejo Continente. En principio serían moderadas, sin embargo, si la inflación sube o los americanos suben los tipos más de lo previsto, el BCE podría asumir el riesgo de que los tipos de interés suban mucho en Europa y favorecer una crisis de la deuda», asegura Weitz.

Como fuere, un encarecimiento del dinero de este tipo no sería buena noticia para nuestro país. «En mi opinión el soporte del BCE va a seguir siendo muy fuerte pero desde luego para un país como España, con un nivel de deuda superior al de la media de nuestros vecinos europeos, no sería el mejor de los escenarios», añade Baliña.

La solución, en opinión de los economistas consultados, pasa por garantizar un nivel suficientes de crecimiento económico que permita asegurar el pago de la deuda. «Hay que fomentar el crecimiento económico con reformas estructurales y gastar menos en los presupuestos», apunta Weitz. «El endurecimiento monetario no va a ser gratis, desde luego. Algún coste, en términos de crecimiento, tendrá para las economías mundiales. Pero habrá que lidiar con ello. Porque si hay algo claro es que el mundo no puede seguir endeudándose a esta velocidad durante más tiempo», concluye el profesor Toribio.
Source: ABC

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