El sistema eléctrico tuvo un superávit de 150,5 millones de euros en 2017, según la liquidación definitiva de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), por lo que acumula cuatro años en positivo y suma 1.440 millones de euros.
El primer año con superávit fue 2014, con 550,3 millones, después de que se hubiera generado un déficit que llegó a casi 30.000 millones de euros por un mecanismo que estableció el Gobierno de Aznar en el año 2000. Actualmente, los consumidores pagamos en cada factura de la luz ese déficit. En total, son unos 3.800 millones de euros al año, de los que unos 800 millones son intereses. Esta «hipoteca» quedará liquidada en 2025.
El superávit del sistema eléctrico no se destina a rebajar la factura de la luz, como podrían pensar muchos consumidores, sino a temas tan variopintos como pagar las millonarias indemnizaciones a inversores extranjeros dictadas por organismos internacionales de arbitraje por el recorte de los ingresos de las renovables, devolver a las compañías eléctricas los 500 millones de euros que desembolsaron para financiar el bono social en 2015 y 2016 y traspasar 60 millones al IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía).
Algo parecido sucede con el sistema gasista, que en 2017 registró un déficit de casi 25 millones de euros después de abonar 60,5 millones al Banco Santander, Bankia y Caixabank como parte de la compensación por la paralización del almacenamiento de Castor, frente a las costas de Castellón.
Source: ABC