La poderosa seducción de la unión de magia y tecnología
El Turco de Kempelen era un autómata construido en 1770 que cautivó a Europa. Fue enormemente popular porque nadie podía entender cómo funcionaba. O era una maravilla tecnológica absoluta que superaba todo lo conocido o era un truco. En 1836, un joven ayudante de una revista literaria poco conocida llamada ‘The Southern Literary Review’, escribió una reseña mordaz que decía que «todos los hombres de genio mecánico, de gran agudeza general, no tienen escrúpulos en declarar que el autómata es una máquina pura, desconectada de la acción humana». Nada más lejos de la realidad. El joven era Edgar Allan Poe , y lo cierto esSeguir la noticia