«El 80% de los pacientes obesos no reconoce que lo son»

1- Se dice que la obesidad se ha convertido en una epidemia. ¿Cuáles son las cifras de este problema en España?

Es la que más se ha extendido a nivel mundial en los últimos 30 años. En nuestro país, su incidencia se ha duplicado desde hace 20 hasta alcanzar una cifra del 50% de la población. Debemos distinguir entre el sobrepeso (cuando el Índice de Masa Corporal –IMC– está entre 25 y 30) que afecta al 36% y la obesidad (IMC sobrepasa de 30) que afecta al 17% y la debemos considerar grave. Somos el segundo estado de la UE con más tasa de exceso de peso, sólo por detrás del Reino Unido.

2- ¿Qué patologías se asocian a este exceso?

Se relaciona con el 15% de la mortalidad en la población española y acorta la esperanza de vida. Las enfermedades que se relacionan son múltiples y variadas, pero la mayor incidencia y repercusión sanitaria las podríamos resumir en diabetes tipo II, hipertensión, apnea de sueño y dislipemia. También cabe destacar la expansión de enfermedades cardiovasculares, directamente relacionadas con el exceso de glucosa y colesterol; los problemas articulares; la mayor incidencia de tumores como el cáncer de mama y colon; y, por último, y no menos importante, una reducción drástica de la calidad de vida.

3- Cuando estilo de vida, ejercicio y dieta fallan, aparece la cirugía. ¿En qué casos está indicada una laparoscopia?

La recomendación de la cirugía y la técnica a emplear debe ser individualizada para cada caso y evaluada por unidades especializadas en el tratamiento de la obesidad. Como regla general se establece cuando se ha intentado tratamiento dietético y se fracasa; tener un IMC superior a 40 o 35 si se asocia a alguna enfermedad generada o agravada por la obesidad; o, un IMC entre 30 y 35 en casos seleccionados y después de valorados por unidades expertas.

4- ¿Podría explicar, de forma sencilla, en qué consiste exactamente?

La intervención se debe hacer por vía laparoscópica, una técnica mínimamente invasiva y en la cual creamos un espacio en el abdomen al insuflar aire (CO2) entre las hojas peritoneales –como si pusiésemos aire entre las dos sabanas de una cama–. En este espacio, se introducen cinco cánulas –como tubos pequeños– de aproximadamente un centímetro de diámetro a través de los cuales se introduce una óptica con cámara de vídeo que nos permite ver en un monitor la cavidad abdominal y los órganos con aumento del detalle lo que eleva la seguridad de la intervención. Por las otras, el cirujano mete instrumentos como pinzas, material de corte, suturas, etc. y así realiza la intervención de forma segura y con una recuperación rápida del paciente.

5- ¿Qué ventajas ofrece respecto a otros tratamientos posibles?

Hoy en día está demostrado que la cirugía es eficaz para el control de la obesidad. Como enfermedad crónica, el abordaje debe ser duradero en el tiempo. La eficacia de una técnica se evalúa según el resultado a cinco años. Con dieta, menos del 5% de los pacientes logra mantener la pérdida de peso con el consiguiente efecto «yo-yo». Las técnicas endoscópicas (balón intragástrico, POSE, Apollo) son eficaces como complemento a un régimen y son efectivas durante un periodo corto de tiempo que varía entre seis meses y un año.

6- ¿Ha aumentado el número de los casos intervenidos por obesidad?

La obesidad se relaciona con numerosas enfermedades y es responsable, en parte, de la mayor incidencia, por tanto, de intervenciones quirúrgicas secundarias a tumores, patología coronaria, prótesis de rodilla y cadera, etc.

7- ¿Hay diferencias entre los casos de obesidad en niños y en adultos?

La obesidad infantil es un problema muy específico que debe ser abordado desde muchos puntos de vista. En un principio la cirugía no está indicada salvo casos muy seleccionados, aunque cada vez nos encontramos con más casos que nos obliga a plantear algún tipo de acción desde la edad escolar. Debemos educar a niños «y padres» del cambio de hábito de alimentación y, de lo que creo es la causa más importante: el sedentarismo. Hay que fomentar el deporte y que los niños jueguen en la calle y no sentados en casa. Prevenir la infantil es «evitar» la del adulto.

8- ¿Qué resultados se obtienen?

La respuesta está condicionada por el tipo y grado de obesidad, así como a la técnica empleada. Se considera efectiva cuando, después de cinco años se mantiene un IMC inferior a 30 o una pérdida de peso superior al 50% del exceso de peso inicial. Esto con cirugía se logra en más de un 80% de los pacientes (menos del 5% con dieta o métodos endoscópicos). Otro dato importante es el hecho de que el 7% del gasto sanitario se relaciona con patologías asociadas a la obesidad.

9- ¿Puede producirse un «efecto rebote» como sucede en los casos de dietas muy agresivas?

Hay un estudio de la Seedo (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) en el que destaca el dato de que el 80% de los pacientes obesos no reconoce que lo son. Se adaptan a sus limitaciones y les parece normal por lo que no son conscientes de ellas muchas veces hasta que no pierden peso. Es fundamental que las personas intervenidas se conciencien de su enfermedad y modifiquen sus hábitos. Si cumplen estos preceptos (80% de los casos) mantendrá un peso aceptable. Hay un 20% que después de cinco años experimenta un efecto rebote con reganancia de peso y puede que requieran modificar o ampliar la técnica quirúrgica inicial.

10- Las personas que se someten a estas cirugías ¿tienen que cuidarse el resto de su vida?

Un paciente operado de obesidad debe mantener unos hábitos de alimentación saludables. En los casos de cirugía que implique reducir la absorción de alimentos («by pass») deben realizar controles anuales y complementarlo con suplementos. La cirugía no limita ningún tipo de actividad física y sí mejora su calidad de vida.

Source: A tu salud

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