China llega a la Luna: ¿Comienza una nueva carrera espacial?

Decir que China llegó con una sonda a la Luna sería una noticia poco relevante, considerando la cantidad de misiones que se han realizado en dirección a este satélite natural. No obstante, el gigante asiático lo hizo al lado “oculto” de la Luna, marcando un precedente importante. ¿Cuáles son las perspectivas?

Las misiones a la Luna se remontan a la denominada Carrera Espacial durante la Guerra Fría, entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Este competencia duró aproximadamente desde 1957 a 1975 y en este tiempo se vieron grandes hitos.

Esta carrera comenzó tras el lanzamiento soviético del Sputnik 1 en 1957, el primer satélite artificial de la historia. Así mismo, aunque Estados Unidos tenía activo al programa Pioneer para enviar sondas a a Luna, el programa Luna soviético y el lanzamiento de la Luna 1 en 1959, se convirtió en la primera sonda en llegar a la Luna.

Sin embargo, aunque los soviéticos ganaron a los estadounidenses en casi todos los hitos de la carrera espacial al inicio, no consiguieron ganar al programa Apolo de Estados Unidos, el cual logró enviar a un hombre a la Luna.

Con el tiempo, los países perdieron el interés en esta “carrera”, y considerando los gastos asociados, pareció ser que todo quedó congelado en el tiempo. No obstante, en 1990 Japón inició su propio programa (con su sonda Hiten) y las misiones se reactivaron.

China también consiguió poner en marcha un proyecto de exploración lunar dependiente de la Administración Espacial Nacional China. La primera sonda del programa fue Chang’e 1, el cual fue un orbitador lunar no tripulado, lanzado en octubre de 2007. Chang’e es la es la diosa china de la Luna, cuestión que inspiró al programa.

Desde ese entonces, el país ha manifestado cada vez más interés en la Luna. ¿Por qué? Con la llegada del Chang’e-4 hace algunas horas, se ponen en pie un plan para evaluar las condiciones para la transmisión de ondas de radio desde el lado lejano de la Luna. Esto, con la intención de evaluar la instalación de radiotelescopios en esa región del satélite natural.

Así mismo, junto con la observación del cosmos, el país quiere seguir recolectando y analizando minerales. La Luna es tan rica en helio-3, un posible combustible para la fusión nuclear, que podría resolver la demanda energética humana por muchísimo tiempo.

Otro punto relevante en los planes del país asiático está evaluar el funcionamiento de un mini ecosistema de papas, semillas de mostaza y gusanos de seda a la superficie de la Luna. Esto deja entrever la intención de hacer investigación con la posibilidad de establecer bases permanentes en un futuro.

Desde luego, con todo esto no sería extraña una respuesta desde otros países, como Estados Unidos. Todo está por verse.


Source: Fayerwayer

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