Guerra: “Los errores de Maduro han provocado una catástrofe económica en 2018”

El diputado a la Asamblea Nacional y miembro de la Comisión de Finanzas del parlamento, José Guerra, presentó un balance en materia económica del 2018 y lo catalogó como «el año de la catástrofe, cuya magnitud todavía no atinamos a precisar por lo severo del daño que se le ha hecho a la economía del país».

Guerra: “Los errores de Maduro han provocado una catástrofe económica en 2018”

Guerra aseguró que «la inflación en el mes de noviembre registró un incremento de 1.300.000 % y los cálculos apuntan a que este año en diciembre va a pasar de 1.400.000%».

De igual manera el economista dijo que los errores de Nicolás Maduro se pueden traducir en un «cóctel explosivo de controles de precios, control de cambio, restricciones al comercio y de emisión de dinero del Banco Central de Venezuela para financiar la voracidad fiscal».

“No hay salario, no hay pensión, no hay jubilación, no hay ahorro que aguante este ritmo de crecimiento de los precios», añadió el parlamentario.

En este orden Guerra aseveró que desde hace 7 años el Banco Central de Venezuela no publica cifras ni el balance de fin año. «Algo que era tradicional, era presentar las cifras públicamente a los venezolanos, pero nosotros sí la tenemos y por eso hablamos del año de la catástrofe».

“Lo que en enero de 2018 costaba 1 bolívar hoy a diciembre de 2018 cuesta 1.400.000 bolívares aproximadamente. Ese es el efecto de una descomunal hiperinflación originada por el régimen de Maduro”, agregó Guerra.

El economista reafirmó que “no hay salario, no hay pensión, no hay jubilación ni ahorro que aguante este ritmo de crecimiento de los precios”.

1.Una política económica incoherente

La política económica que ha seguido el gobierno a lo largo de 2018 resulta difícil de evaluar con los parámetros usualmente empleados para valorar la gestión de una administración. Todo ello en virtud que el documento fundamental para ponderar las orientaciones del gobierno, no es publicado.

Efectivamente, la Ley de Presupuesto y la correspondiente Ley de Endeudamiento no se dan a conocer desde 2017. Esto forma parte de una política gubernamental para ocultar la información con el objeto de confundir y no evidenciar la magnitud de la crisis. No obstante esta consideración y a juzgar por los hechos, es claro que la actuación del gobierno se articuló en torno a una política fiscal expansiva financiada con emisión monetaria y el sostenimiento de controles de cambio y de precios.

En un entorno de caída del ingreso fiscal petrolero debido a la contracción de la producción, las exportaciones y los tributos internos, la variable clave para financiar el gasto ha sido el aumento de la emisión monetaria por parte del banco central. En términos anualizados, el dinero primario aumentó 33.000% al cierre de noviembre, en su totalidad dirigido a enjugar el déficit fiscal.

Los intentos del gobierno por liberalizar el mercado cambiario han acabado en un rotundo fracaso toda vez que se mantiene el control de cambio y en consecuencia cada vez que se aplica una devaluación de la tasa de cambio oficial, al cabo de unos meses se vuelve a ampliar la brecha entre el tipo de cambio oficial y paralelo.

Cuando se hizo evidente la aceleración de la tasa de inflación después de agosto de 2018, el gobierno recurrió al aumento del encaje legal con el objeto de contener el financiamiento destinado a la adquisición de dólares en el mercado paralelo, mediante el uso del crédito bancario, sin que ello tuviese efectividad por cuanto seguía con mayor intensidad la creación monetaria destinada a financiar el déficit fiscal. Como consecuencia de esa política, resulta una aparente paradoja: por un lado, se observa un crecimiento significativo de la cantidad de dinero circulante en la economía y por el otro, el valor real de ese dinero se desvanece aceleradamente ante el aumento agresivo de los precios, configurándose así los síntomas típicos de un proceso hiperinflacionario que luce indetenible.

Igualmente, el régimen ha empleado el adelanto del pago de impuestos con el objeto de hacer más efectiva la recaudación y al mismo tiempo mitigar la demanda de divisas, pero tales iniciativas por detener la depreciación del bolívar en el mercado paralelo resultan infructuosas, por cuanto la expansión monetaria y las expectativas inflacionarias que se retroalimentan con la hiperinflación terminan exacerbando la demanda de moneda extrajera y deprime la de bolívares. De esta manera, los episodios de relativa estabilidad del bolívar en el mercado paralelo son interrumpidos por los efectos de la política monetaria y fiscal y se retoma de nuevo la senda a la depreciación de la moneda, con sus efectos obvios sobre la tasa de inflación.

2.Cifras de la catástrofe económica y social

A. Actividad Económica

Desde hace dos años el BCV dejó de publicar las cifras correspondientes al PIB con lo cual priva a la economía de un indicador fundamental para evaluar su desempeño. No obstante, la Asamblea Nacional construyó un Indicador de Actividad Económica Mensual que aproxima razonablemente bien el comportamiento del PIB.

De acuerdo con ese indicador, durante el lapso enero-septiembre de 2017 respecto a enero-septiembre de 2018, la actividad económica registró una contracción de 28,0%. En términos del período 2013-2018, la economía venezolana perdió aproximadamente 53,0% de su tamaño lo que evidencia un cuadro de destrucción generalizada, tal como se muestra en el gráfico siguiente. No se trata de una situación de recesión como la que usualmente experimentan las economías, sino más bien de una depresión económica que se ha extendido por cinco años. Ello, en conjunción con la emigración de mano de obra calificada, afecta el producto potencial de la economía y reduce drásticamente las posibilidades de una rápida expansión futura de la economía.

B.Producción Petrolera

Tal vez donde el efecto del socialismo ha sido particularmente destructivo es en el sector petrolero. Así, en 1998 Venezuela produjo 3.445.000 barriles diarios de petróleo mientras que al cierre de octubre de 2018 el nivel de producción se ubicó en 1.137.000 barriles por día según cifras de la OPEP, lo que refleja una caída acumulada de 68,1%. En 2018 la producción de petróleo refleja una declinación promedio mensual superior a 50.000 barriles diarios. Una producción en declive ha implicado un sacrificio de ingresos por exportaciones cercano a US$. 14.000.000 en 2018.

Entre los factores que explican esta disminución de la producción petrolera conviene destacar la falta de inversiones, una gerencia ineficiente y corrupta y la pérdida de personal calificado, entre otros aspectos.

C.Inflación, salarios y pobreza

Venezuela experimenta un agresivo proceso de hiperinflación desde octubre de 2017 el cual se manifiesta en una tasa de inflación anualizada de 1.300.000% en noviembre de 2018. Una hiperinflación de esa magnitud se explica principalmente por los mismos factores que históricamente han dado cuenta de eventos similares, a saber, la monetización del déficit fiscal. Un déficit fiscal crónico que a partir de 2014 no baja del 12% del PIB, financiado fundamentalmente con emisión monetaria, forzosamente tenía que degenerar en hiperinflación como efectivamente ha sucedido. Ésta a su vez erosiona el poder adquisitivo de las remuneraciones de los trabajadores activos, pensionados y jubilados al punto tal que actualmente para adquirir la canasta básica de alimentos, medicinas y servicios se requieren al menos veinte salarios mínimos. Esto determina que los datos de pobreza hayan aumentado hasta cifras escandalosas que exceden el 80% en 2018.

D.Reservas, deuda y default

El gobierno optó en noviembre de 2017 por incumplir selectivamente el pago de la deuda externa, tanto la soberana como la emitida por PDVSA. De esta manera, se le paga a ciertos acreedores como Goldman Sachs, ConocoPhillips y a los tenedores del bono PDVSA 2020 en tanto que al resto se le mantiene sin cobrar. La deuda en situación de impago se puede apreciar en el siguiente cuadro.

No obstante el estado de atraso en los pagos de la deuda externa, las reservas internacionales en manos del BCV, lejos de aumentar han disminuido al pasar de US$ 9.662 millones en diciembre de 2017 a US$ 8.795 millones al cierre de noviembre de 2018, sin que se tenga información acerca de recursos en moneda extranjera acumulados en otras cuentas.
Ello configura un cuadro de extrema dificultad que aunado a la baja de las exportaciones petroleras hace imposible servir la deuda externa y salir del default, con lo cual se abre espacio para que en 2019 los acreedores puedan ejercer acciones contra Venezuela.

3.Nuestra propuesta para salir de la crisis

Primero Justicia ha trabajado sistemáticamente en la estructuración de una propuesta para resolver la crisis que sufre Venezuela. Ello inevitablemente pasa por un cambio político en vista del fracaso del modelo del socialismo del siglo XXI, el cual ha causado la ruina del país. En materia económica, planteamos la necesidad de atender la emergencia humanitaria compleja mediante una definida política social enfocada en la provisión de alimentos y medicinas para lo cual resulta fundamental la ayuda internacional.
Igualmente hay que potenciar el emprendimiento para que el ciudadano despliegue sus potenciales productivas hoy mermadas por controles excesivos por parte del gobierno.

En lo referido a la estabilización de la economía, consideramos que la orientación fundamental consiste en parar en seco la hiperinflación y para ello es fundamental detener el financiamiento monetario del déficit fiscal, refinanciar la deuda externa, acudir al financiamiento internacional y fijar la tasa de cambio del bolívar respecto al dólar por un plazo razonable. Las finanzas públicas de Venezuela son inviables y el país es insolvente, por tanto hay que plantearse una renegociación rápida, transparente y amigable de la deuda externa para así oxigenar las cuentas fiscales y no tener que aplicar un programa contractivo. El BCV debe recuperar su autonomía para manejar la política monetaria, potenciar sus capacidades técnicas y publicar todas las estadísticas que actualmente están en situación de atraso.

En materia de hidrocarburos, Venezuela está obligada a incrementar la producción de crudos y derivados del petróleo y para ello resulta esencial abrir espacios a la inversión privada nacional y extranjera en la industria. Con nuevas inversiones y una gerencia competente y honesta se puede frenar la caída de la producción y aumentar la producción a razón de 200.000 diarios por año.

Similarmente resulta básico mejorar la gobernabilidad de los proyectos petroleros y aprobar una nueva ley de hidrocarburos para crear un ambiente favorable a la inversión y a la recuperación del sector.

NP

YS

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Source: Informe21

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