El coche de gas reduce un 95% las emisiones y ahorra un 30% en combustible

«El modelo de coche eléctrico todavía no funciona en nuestro país porque es caro; sin embargo, el vehículo de gas es el único que reduce en un 95% las emisiones y ahorra un 30% el gasto en carburante», ha afirmado el director general de Madrileña Red de Gas, Alejandro Lafarga, en el XX Encuentro Gasista celebrado hoy en Madrid.

Subrayó que «la manera más barata de viajar es el gas», afirmación que no ha sido compartida por la responsable de calidad del aire del Ministerio de Transición Ecologica, Irene Olivares, quien ha dicho que «el gas no es la mejor de las opciones para el transporte en los grandes núcleos de población, sino la electricidad (coche eléctrico)». Sin embargo, el director general de infraestructuras de Enagás, Claudio Rodríguez, destacó que con el coche eléctrico «no solo hay que fijarse en la calidad del aire y sus nulas emisiones; hay que ver toda su vida y tanto en su fabricación como en la gestión de sus baterías se generan importantes emisiones». Irene Olivares, que dijo que no tenía coche, abogó por dejar los automóviles particulares en casa y desplazarse en transporte público.

En otra de las mesas de este encuentro se debatió sobre el futuro de las centrales de ciclo combinado que generan electricidad con gas natural y que han sido ignoradas en la transición energética diseñada por el Gobierno.

El director de clientes y mercados de Naturgy, José Luis Gil, dijo que «las renovables dan electricidad, pero no prestan un servicio; esto hay que pagarlo y las únicas que pueden hacerlo son las centrales de gas». El director de mercados de electricidad de Endesa, Adolfo Rueda, afirmó que las 56 centrales de gas que existen «seguirán teniendo sentido durante la transición» y que para 2030 aumentarán un 50% su actual utilización del 12%. El vicepresidente de gas, oil y carbón de Iberdrola, José Simón, dijo que el gas debe liderar esa transición y acortarla lo más posible. También manifestó que estas centrales «son inversiones delicadas» que no son muy rentables, por lo que «habría que establecer algún mecanismo para garantizar su viabilidad». José Luis Gil añadió que mantener abierta una central de ciclo combinado cuesta unos seis millones de euros al año y hay muchas centrales que son deficitarias.
Source: ABC

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