Alemania, el motor europeo, recorta sus previsiones de crecimiento

Como potencia exportadora, Alemania se resiente del nuevo clima comercial global. El gobierno de Berlín recortó ayer su previsión de crecimiento para este año medio punto porcentual, hasta el 1,8%, confirmando la frenada de la economía euro, cuyo tradicional motor no logra ponerse a la cabeza de la nueva economía digital ni escapar al enfriamiento global que ha vaticinado el FMI. Y quizá lo más grave es que los tradicionales instrumentos y referencias están dejando de funcionar.

Las empresas alemanas continúan invirtiendo en maquinaria e instalaciones y las inversiones en el sector de la construcción siguen activas debido a los bajos tipos de interés y la elevada demanda, según explicaba ayer, durante la presentación de estos datos el ministro de Economía, Peter Altmeier. «La gente en nuestro país sigue beneficiándose de la buena situación económica», dijo, remarcando que para 2019 se espera un aumento de la población empleada hasta los 45,3 millones de personas, con 400.000 más que se sumarán a los 590.000 más de este año. El desempleo, de hecho, sigue bajando: desde el 5,2 % pronosticado para 2018 hasta el 5 % para 2019, y todo ello sumado debería ser un signo de crecimiento. Pero no es así. Los «conflictos comerciales en curso en todo el mundo», entre los que Altmeier mencionaba el que libran Estados Unidos y la Unión Europea desde principios de año y el que se está agudizando en estos momentos entre ese mismo país y China, están reformateando el mapa económico global.

También admitió el impacto del nuevo sistema de homologación de consumo y emisiones de vehículos WLTP y sus efectos sobre el sector automovilísitico, desmembrado por la crisis del diésel. Y aunque el ministro señalase como excusa modificaciones técnicas en la estadística, que ha rebajado en un 0,2 % el efecto de base, reconoció que «el debilitamiento de la Organización Mundial del Comercio (OMC)» nos sitúa ante un escenario muy diferente.

Berlín no cuenta con mejor panorama en 2019, año del Brexit y subida de tipos del BCE. En las actas de la última reunión, el Consejo de Gobierno anotó su preocupación por que «las tensiones comerciales generen una caída más general de la confianza en la economía» y un aumento de «los riesgos relacionados con la amenaza del proteccionismo, las vulnerabilidades en los mercados emergentes y la volatilidad del mercado financiero». «La fiesta se acabó», ha dicho Klaus Wohlrabe, del Instituto Ifo,«no es una recesión, pero sí un claro cambio de tendencia».
Source: ABC

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