¿Qué son las clases de fondos?

Los fondos son instrumentos de inversión colectiva que se clasifican en función de su categoría (renta variable, renta fija, monetarios, garantizados, etc.). Pero además de esta clasificación por tipo de activo subyacente o tipología de inversión, es preciso saber que también existen las «clases» de fondos, algo que no tiene nada que ver con su categoría. En concreto, las clases son las diferentes versiones de un mismo producto, que se comercializan con diferentes precios en función de si el destinatario final es un inversor institucional, un gran patrimonio o un minorista. En general, las gestoras ofrecen precios algo más bajos a los grandes patrimonios o gestores profesionales. Pero, para acceder a estos precios, suele requerirse una inversión mínima más elevada y, en ocasiones, una duración mínima de la inversión en el fondo.

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¿Cómo identificar las clases? Identificar las clases no es sencillo a la hora de ir a contratar un fondo pues es frecuente encontrarse con que existen varios productos con el mismo nombre en los que solo cambian algunas letras o abreviaturas en la parte final. Esas letras son las que hacen referencia a la clase del fondo. Aunque las clases destinadas a profesionales suelen estar identificadas con una «I» y las de los minoristas con una «A», no todas las gestoras utilizan la misma nomenclatura por lo que la manera más fácil de saber si se trata de una clase destinada a profesionales o minoristas es examinar la cuantía de inversión mínima. En todo caso, siempre hay que cerciorarse de que uno accede al producto más barato posible para su tipología de inversor.

Minoristas y profesionales pagan precios diferentes

Distribución y acumulación. Además de las clases para inversores institucionales o minoristas, también existe una diferenciación en función de si el producto reparte entre los accionistas las rentas que va generando (un fondo de reparto o distribución, que suele ir identificado por las abreviaturas «Dis» o «Inc»); o si se trata de un fondo que las reinvierte en nuevos activos, haciendo que el valor liquidativo del fondo se incremente progresivamente (fondos de acumulación o «Acc»).

¿Cubrir o no la divisa? Asimismo, los fondos suelen incorporar, en ocasiones, una clase más. Ésta hace referencia a productos con activos extranjeros que tienen el riesgo de divisa cubierto (lo que se denomina ‘hedging’, en inglés). Estos fondos incluyen una protección para evitar que la volatilidad que suele ir asociada a las divisas impacte en la rentabilidad del producto. Mediante este ‘hedging’, se consigue que la rentabilidad del fondo dependa únicamente del activo subyacente (las acciones o la renta fija en cartera).
Source: ABC

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