La ansiedad es un estado mental que se manifiesta de forma distinta en cada uno de aquellos que la sienten. Quizá alguna vez hayas tenido una conversación con alguien cuyo tono de voz bajaba o subía de forma abrupta, o que tartamudeaba, o no te prestaba suficiente atención. Probablemente, la idea de que tu interlocutor estuviera pasando por un momento de ansiedad no cruzó tu cabeza. O tal vez alguna de estas cosas te haya pasado a ti, y pensabas que eras el único.
Hace una semana, la página web The Mighty, dedicada a salud mental, lanzó una recopilación de testimonios anónimos sobre la ansiedad. La mayoría reveló que solía desconectarse de la realidad sin querer, o aislarse; algunos, que sufrían temblores en el cuerpo; y otros, que se enojaban, pero sin malas intenciones.
Síntomas tan frecuentes como sutiles
«Respondo con ira. […] A veces digo cosas que no siento de verdad, porque siento que estoy en una situación que es de lucha o huida. Eso hiere mi relación con otras personas si no cuido lo que digo».
«El volumen de mi voz sube sin que me dé cuenta».
«No me puedo expresar correctamente. No puedo encontrar las palabras, no salen en el orden correcto, y no puedo procesar lo que otros me están diciendo».
«Normalmente me callo y abro mi teléfono. Varias veces me han acusado de ser antisocial en estas situaciones, pero simplemente estoy navegando para distraerme de lo que está pasando a mi alrededor».
«Generalmente dejo de hacer contacto visual […] y termino mirando hacia la pared o el techo».
Qué se puede hacer
La meditación es una poderosa aliada para combatir la ansiedad, y tan solo requiere diez minutos al día practicarla. No solo notarás cambios en tu rendimiento en el día a día, sino que puedes aplicar sus técnicas para las situaciones que te causan ansiedad: pausar y pensar lo que vas a decir, concentrarte en el ambiente, en los sonidos, en tu respiración o en las sensaciones que te produce tu cuerpo, y estar más calmado de forma general.
Un tipo de meditación muy efectivo es el mindfulness, la meditación de constante atención plena. Lo ideal es intentar practicar estar atento a lo que pasa (en tus alrededores, con tu cuerpo, con tu respiración) en el momento presente, todos los días, durante todo el día. Debes hacerte las siguientes preguntas: ¿Cómo me hace sentir lo que estoy viviendo? ¿En qué parte de mi cuerpo se encuentra ese sentimiento?
Por último, acepta que tienes ansiedad, y que es un sentimiento como cualquier otro. Acepta la realidad, que incluye ansiedad en este momento. Esa realidad es pasajera.
Es recomendable que, si tienes ansiedad o una condición mental de cualquier tipo, y esta interfiere con tu vida personal o profesional, consultes a un especialista.
Fuente: vix / MF
Source: Informe21