La UE asume el rol de gran socio comercial global frente a EE.UU.

El libre comercio no termina con el proteccionismo de Estados Unidos. La Unión Europea transmite la imagen de que están dispuestos a asumir el rol de líder en apertura de mercado. Alguien tiene que ocupar el vacío que dejan los norteamericanos después de vender un proteccionismo basado en la seguridad nacional. Y ahí entra en juego Europa para aprovecharse del viraje comercial de países como México y Japón. Tal es así que, desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, la UE se ha convertido en el foco de las miradas de los países que apoyan los intercambios de mercancías y servicios globales.

«La estrategia no ha cambiado. Pero sí que algunos acuerdos que aún no estaban cerrados, se hayan acelerado por voluntad de nuestros socios», dice Jochen Müller, director adjunto en funciones de la representación de la Comisión Europea en España. Es el caso del acuerdo con México: «Con ellos hicimos avances los últimos tiempos pero desde la llegada de Trump se aceleró muchísimo», comenta Müller. Y lo mismo ocure con Japón, cuyo tratado confían desde la Comisión que entre en vigor antes de verano de 2019.

Una tendencia que no ha pasado desapercibida en el seno comunitario, que siempre se muestra «abierto» a negociar con sus socios comerciales: «Algunos ahora miran a Europa por la actitud proteccionista de EE.UU.», afirma el representante de la Comisión, para añadir que «ahora la UE asume el papel de Estados Unidos».

Los acuerdos con México y Japón son el máximo exponente del «beneficio» obtenido por la UE del cerrojo de Trump. Sin embargo, todavía tienen trabajo por delante con otros estados: Chile, Australia, Nueva Zelanda… y los países del Mercosur. Éste último, una organización formada por Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil, sería uno de los grandes logros de la Administración Juncker ya que son unas negociaciones que se iniciaron hace dos décadas, se detuvieron muchos años y ahora atisban la luz al final del túnel. En estos momentos, con la actividad comercial comunitaria en plena expansión y liderazgo, el objetivo es poder tener listo el acuerdo como tarde para después del verano, es decir, cuando se celebrarán las elecciones en Brasil. «El tratado con Mercosur sería una señal adicional muy fuerte de libre comercio y sociedades abiertas. Seríamos los primeros en tener acceso privilegiado a los países del Mercosur», comenta Müller. Pese a todo, en este caso hay dos escollos que aún no han logrado salvar: el acuerdo en temas de automoción y en carne vacuna.

A esto se añaden las negociaciones con Chile para actualizar el actual tratado en vigor, lo cual la Comisión espera que no traerá mayores problemas. Igual que con el caso de Australia y Nueva Zelanda, las dos últimas incorporaciones a la agenda comercial de la UE. El equipo de negociación comunitario iniciará este julio formalmente las comunicaciones en Bruselas con estos dos últimos en una primera toma de contacto para un tratado comercial. «En año y medio o dos años esperamos tenerlo cerrado», dice el director adjunto en funciones de la representación de la Comisión Europea en España.

Acuerdo con Canadá
México, Japón, Chile, Mercosur, Australia y Nueva Zelanda son los últimos temas sobre la mesa de la comisaria de Comercio europea Cecilia Malmström. Pero su gran logro fue la entrada en vigor del acuerdo con Canadá, el CETA. «Este tratado ha aumentado el flujo comercial entre territorios un 24%. Estamos sorprendidos porque nuestras previsiones de impacto se han quedado muy cortas», explica Müller, quien recuerda que éste se acordó antes de que llegara Trump. Los territorios antes mencionados, más Canadá, suponen intercambios mutuos entre exportaciones e importaciones por valor de 415.000 millones de euros.

«Los que más se benefician del CETA son las pymes», detalla el representante comunitario. Una idea que transmiten como un mantra desde la Comisión Europea de cada acuerdo comercial ya que las grandes compañías, a su juicio, no son las que más ventajas obtienen de los tratados bilaterales. Unos tratados en los que la agroalimentación, los automóviles y la apertura de las licitaciones públicas son puntos clave para la Unión Europea.

EE.UU. y la UE, sin comunicación tras los aranceles
Las relaciones, en materia de comercio, entre Estados Unidos y la Comisión Europea están congeladas. Desde que el 1 de junio Donald Trump retirara la exención arancelaria al acero y al aluminio europeos, la comunicación entre administraciones se ha limitado. «De momento no hay nada que negociar. Pedimos que rectifique y quite los aranceles porque está basado en un tema equivocado», señala Müller.

Desde la Comisión explican que no son «una amenaza para la seguridad nacional americana» y que les ofrecieron una agenda sobre la que trabajar en libre comercio y apertura de mercado pero que el presidente estadounidense no aceptó. Ahora, las relaciones viven un nuevo estado de tensión con la respuesta en forma de impuestos también por parte de la UE a EE.UU. y la amenaza posterior de Trump de gravar los autómoviles comunitarios al 20%.
Source: ABC

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