30 años de la terapia contra el VIH

Se cumplen 30 años del tratamiento antirretroviral, tres décadas de avances terapéuticos frente a esta enfermedad.

Por suerte –o más bien, gracias a los esfuerzos realizados y los recursos dirigidos a su investigación– mucho ha cambiado la situación de las personas que la sufren desde la detección y comunicación de los primeros casos, allá por el año 1981, pasando de ser casi una sentencia de muerte a convertirse, actualmente, en una patología crónica.

En este tiempo se calcula que la infección por esta enfermedad ha producido 35 millones de muertes. Siguiendo con los datos, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2016 vivían en nuestro planeta casi 37 millones de personas infectadas por el VIH, hubo dos millones de nuevas infecciones y fallecieron un millón de personas por su causa.

Hoy en día, el uso del tratamiento antirretroviral permite el control de la enfermedad. Además, es eficaz, bien tolerado, cómodo y suficientemente seguro como para que el paciente lo tome a largo plazo. Con este tratamiento se puede controlar la replicación del virus, permitir al sistema inmunológico recuperarse y, de esta forma, conseguir que el paciente no esté expuesto a desarrollar una patología oportunista.

La expresión analítica de ese control de la replicación virológica es no detectar el virus en plasma. A eso se le denomina indetectabilidad, es decir, no llegar a un número mínimo de copias de virus por milímetro de sangre, que habitualmente está establecido entre 20 y 50 copias/ml (depende de la técnica que se utilice).

En la actualidad, el uso del tratamiento antiretroviral consigue este estado con relativa facilidad. Así, los especialistas en enfermedades infecciosas coinciden en afirmar que cuando un paciente infectado por VIH tiene carga viral indetectable significa que es prácticamente imposible que el virus se transmita. Por este motivo, muchos expertos concluyen que indetectable es lo mismo que intransmisible.

Prueba de esto es el estudio Partner, que evaluó la eficacia del tratamiento como prevención con una muestra de 58.000 relaciones sexuales con penetración (anal y vaginal), sin preservativo, en parejas serodiscordantes con carga inferior a 200 copias/ml en parejas heterosexuales y homosexuales. El resultado del trabajo fue de cero transmisiones durante la duración del mismo, fijando el riesgo de transmisión en un 0,3%.

Nuevos retos

A medida que se ha logrado que los pacientes tengan la infección controlada y van cumpliendo años, cosa que antes no sucedía, se presentan nuevos retos: una población más envejecida que tiene otros problemas. Algunos son inherentes a la edad y otros quizá se hayan agudizado o se presenten de forma más prematura en el proceso de inflamación crónica inherente a la infección por VIH. Por eso, la indetectabilidad es imprescindible pero no es suficiente, hay que ir más allá, atender al manejo de las comorbilidades, la detección precoz o a la prevención.

Por todo ello, es necesario continuar esforzándose para que en el año 2020 se consiga alcanzar el objetivo mundial marcado por la OMS de «90-90-90», que para esa fecha pretende lograr que el 90% de las personas con VIH estén diagnosticadas; que el 90% de los diagnostocados reciba tratamiento antirretroviral; y que 90% de los que lo reciban tengan una carga viral indetectable.

Source: A tu salud

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