«Conocer las situaciones de salud no debe ser un factor disuasorio al adoptar»

¿Qué cuestiones sanitarias debe plantearse la familia que quiere adoptar?

Deben conocer que los niños pueden tener problemas de salud añadidos con mayor frecuencia que otros niños inmigrantes provenientes del mismo país. Estos problemas pueden deberse a cuatro factores riesgo: en relación al país de origen (bajo nivel socioeconómico, educativo o sanitario, mayor prevalencia de enfermedades); previos a la institucionalización (escasos cuidados en el embarazo, mayor tasa de consumo de tóxicos e infecciones congénitas, partos prematuros y en malas condiciones, menores abandonados, malos tratos por acción u omisión; asociados a la institucionalización (escasez nutricional y de cuidados sanitarios, falta de figura de apego, hacinamiento); o del proceso de adopción.

¿Cuáles son las patologías más comunes en adopciones internacionales?

Muchos niños traen un cierto grado de desnutrición por múltiples factores (bajo aporte calórico, parasitaciones, infecciones de repetición, deprivación afectiva). Además, hay otras enfermedades que pueden estar producidas por situaciones carenciales mantenidas (hipotiroidismo, raquitismo) y determinadas infecciones endémicas que son mucho más frecuentes en algunas áreas geográficas (VIH, tuberculosis, hepatitis, sífilis, parasitosis). Por otro lado, existe un mayor porcentaje de infecciones congénitas o enfermedades relacionadas con el embarazo (síndrome alcohólico-fetal). Además, puede implicar un mayor riesgo de problemas de adaptación y apego o comportamentales. Conocer las situaciones de salud a las que nos podemos enfrentar no debe convertirse en un factor disuasorio a la hora de embarcarse en este proceso, que resulta muy enriquecedor y acaba, en la mayoría de casos, en la formación de familias funcionales y felices. Muchas de estas patologías son tratables en España o se convierten en situaciones crónicas que permiten el desarrollo normal del niño.

¿Y varían según el país de adopción?

Hay unas condiciones que son comunes para todos los niños adoptados, pero de cada zona geográfica podemos esperar una patología médica específica (en relación a su enfermedad infecciosa, cobertura vacunal, condiciones de sus orfanatos, cómo es su proceso de adopción). Además, el grado de fiabilidad de los informes médicos de los niños es muy diferente según los países. Ésta es una información de la que los padres pueden disponer antes de elegir el país y obtenerla en la Consulta de Pre-adopción.

Muchos niños presentan trastornos psicológicos. ¿Son reversibles?

Es difícil de establecer, ya que la carga emocional que trae cada niño es diferente. Las condiciones de mayor riesgo (antecedentes de abusos de cualquier tipo, abandono y negligencia de cuidados extrema, etc.) generalmente son desconocidos, pero la mayor parte de los niños comparten algunos factores: abandono por parte de sus progenitores, institucionalización con bajo ratio de cuidadores por niño, baja estimulación, etc. A pesar de ello, en un elevado porcentaje la adaptación familiar es exitosa.

¿Deben prepararse también los futuros padres de forma especial?

La adopción de niños con patología es cada vez más frecuente ya que muchos países lo ofrecen casi como única opción. En estos casos, los padres pueden ofrecer una lista de patologías asumibles. Para ello es muy recomendable que acudan a una consulta de Pre-adopción, donde se les orienta tanto de las características generales de los niños como de la patología esperable en cada país y en qué consisten. Aunque hay un gran grado de incertidumbre que es inevitable, tomar estas decisiones con la mayor información ayuda al éxito de la adopción.

¿De qué modo influye la edad del niño en el proceso de adopción?

Obviamente, a mayor edad del niño mayor exposición a las posibles situaciones negativas a las que pueden estar expuestos en caso de haberse producido. Sin embargo ese factor per sé no puede interpretarse como un predictor, ya que hay otros muchos implicados. Quitando los bebés en adopción, los diferentes grupos de edad presentan sus peculiaridades en cuanto al proceso de adaptación y vínculo. Los menores manifiestan los estresantes en forma de rabietas, alteraciones del sueño o de la alimentación. Los mayores pueden presentar más cambios comportamentales o situaciones de ansiedad a veces contenidas durante tiempo, sin embargo, permiten un abordaje más razonado y consciente y entienden el proceso.

Una vez hecha la adopción ¿se requiere un seguimiento específico?

Es muy recomendable que los niños acudan inicialmente a una Consulta de Adopción Internacional, donde se realiza una valoración especializada e integral del niño, a los 15-20 días de su llegada si no presenta ningún síntoma agudo, para permitirle adaptarse a la familia y al medio y a los padres conocer al niño. Se realiza una reconstrucción de su historia sanitaria, los informes disponibles, los datos vacunales, etc., una exploración física exhaustiva, incluyendo valoración neurológica, nutricional y desarrollo puberal. Existen unas pruebas complementarias que se realizan de rutina a la llegada y a los 6 meses a todos los adoptados, y otras pruebas específicas en relación al país de origen, además de las necesidades derivadas de los hallazgos en la valoración del niño.

¿Cómo se puede conseguir una adaptación de forma más eficaz?

Es importante entender que estos problemas la mayor parte de las veces son transitorios, sobre todo si le ofrecemos un abordaje positivo y paciente, entendiendo el proceso del niño, permitiéndole hablar con normalidad de sus orígenes y de la situación y adopción. Ocasionalmente podemos identificar si existe alguna señal de alarma de mala adaptación que persista en el tiempo, precisando en ese caso un abordaje profesional. Si se detecta algún signo de alarma debe ser evaluado (y tratado) como cualquier otro niño.

Y en el plano psicológico, ¿qué pautas recomiendan?

Lo más importante es centrarse en desarrollar la resiliencia (capacidad de las personas a sobreponerse a situaciones traumáticas y salir favorecidas de ellas). Tanto la primaria (la propia del niño, que podemos favorecer con un contexto de comunicación positiva) así como la secundaria (padres, profesores, profesionales, podemos establecer estructuras resilientes que apoyen a un niño que carece de resiliencia primaria).

¿Cómo se pueden minimizar los problemas con el idioma?

El lenguaje no es sólo una herramienta comunicativa, también es un pilar clave en el aprendizaje, la adaptación, la pertenencia y la vinculación. Los niños adoptados probablemente han estado poco estimulados en esta área y, además, sufren bruscamente, una interrupción de su lengua materna y una necesidad de desarrollar una segunda rápidamente. A pesar de esta situación es sorprendente lo rápido que en general los niños aprenden esta segunda lengua.

Source: A tu salud

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