La piel del calamar podría ser la clave del camuflaje perfecto

Los cefalópodos (pulpos, calamares y sepias) dominan el arte del camuflaje y cambian la pigmentación de su piel al instante en función del entorno. Saber cómo lo hacen puede ayudarnos a desarrollar nuevos materiales que varíen de color en función de la luz o a nuestra voluntad. Podrían crearse películas muy finas o fibras que se integrarían en la ropa o en pantallas flexibles, por ejemplo.

La piel del calamar podría ser la clave del camuflaje perfecto

Conocemos desde hace décadas que el cambio de color de los cefalópodos se basa en los cromatóforos, células con pigmentos en su interior que reflejan la luz, pero se sabe muy poco de los procesos fotofísicos subyacentes a este fenómeno. Ahora, un trabajo dirigido por Leila Deravi, profesora de química y química biológica en la Universidad del Noreste (Boston, Estados Unidos), ha descubierto algunas de las claves de esta modulación de colores refinada por la evolución a lo largo de centenares de millones de años.

Dueños del color

Los cromatóforos de los cefálopodos son especialmente complejos. Se distribuyen por toda su piel y se componen de una célula cromatófora que alberga los gránulos de pigmentos en un saco elástico que el animal deforma mediante contracciones musculares, de forma que varía el estado de los pigmentos y con ello la forma en la que estos reflejan todos los colores de la luz visible.

Lo que han hecho Deravi y su equipo es aislar estos gránulos de pigmentos para comprender mejor su papel en este proceso natural, lo que podría sentar las bases para la creación de nuevos materiales que cambien de color. Por ejemplo, ropa de camuflaje. No extraña que hayan contado con la colaboración de investigadores del ejército estadounidense.

Los gránulos de los cromatóforos tiene un tamaño de solo 500 nanómetros, 150 veces menos que el grosor de un cabello humano. Los científicos los aislaron y reorganizaron en capas, y descubrieron que de esta forma producían una completa gama de colores al reflejar la luz. Según Deravi, “estamos demostrando que estos pigmentos son una poderosa herramienta para producir películas ultrafinas muy ricas en colores”.

Los investigadores han hecho bobinas de tejido a partir de los pigmentos de calamares y están explorando los posibles usos de este material, centrados sobre todo en textiles de colores adaptables, lo que explica el interés del ejército estadounidense.

Fuente: muyinteresante / MF

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Source: Informe21

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