España importó 34 tipos de petróleo de 18 países en 2017, sobre todo de México y Nigeria

España importó 65,843 millones de toneladas de petróleo en 2017, un 2,6% más que el año anterior, lo que supone un nuevo récord histórico desde que existen datos oficiales (1996). Este incremento se produjo a pesar de que los precios del crudo el año pasado fueron un 18% más elevados que en 2016.

En concreto, nuestro país importó 34 tipos distintos de petróleo de los 161 que existen en el mundo y de 18 países. Las mayores cantidades procedieron de México (16,4% del total), Nigeria (14,4%) y Arabia Saudí (9,7%), según Cores, entidad del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital responsable del mantenimiento de las existencias estratégicas de productos petrolíferos y del control de las existencias de la industria de productos petrolíferos y gas natural.

El resto de los principales exportadores de crudo a España fueron Libia (8,4%), Irán (6,7%), Brasil (6,3%), Irak (6,2%) y Noruega (4%). Hay que destacar el crecimiento en 2017 de las importaciones procedentes de Noruega (181,4%), Irán (74,4%) y Kazajistán (55%).

El 53,3% de las importaciones procedieron de países pertenecientes a la OPEP y el 46,7% de otros productores, como Rusia (3,4%) y la mencionada Noruega.

De Venezuela solo llegaron 1,05 millones de toneladas (1,6% del total), lo que supone un descenso del 6,3% respecto a 2016.

El «fracking» de EE.UU. hace bajar los precios
Mientras tanto, la cotización del petróleo Brent ha descendido más de un 11% en las dos últimas semanas. Concretamente, desde que alcanzara los 70,68 dólares el 24 de enero pasado, su cota más alta desde diciembre de 2014. Ayer cerró a 62,79 dólares. Ni siquiera el cierre temporal del oleoducto Forties, en el mar del Norte, provocó una subida de los precios.

La estrategia de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), secundada por los principales productores de crudo ajenos a ese cártel, para reducir la producción de petróleo y forzar así una subida de sus cotizaciones internacionales se ha vuelto contra ellos mismos. Al aumentar los precios, que llegaron hace unos días a rozar los 71 dólares el barril, ha aumentado la rentabilidad de la industria del «fracking» en Estados Unidos, país que es ajeno al acuerdo entre la OPEP y otros productores liderados por México y Rusia.

El «fracking» empieza a ser rentable a partir de aproximadamente 55 dólares el barril, por lo que actualmente esta industria está trabajando a tope en Norteamérica. De hecho, la producción de crudo de Estados Unidos ha alcanzado estos días un nuevo récord con 10,25 millones de barriles diarios.

Por lo tanto, mientras la producción de la OPEP y de otros países se mantiene más o menos congelada desde el acuerdo alcanzado en noviembre de 2016, la de EE.UU. ha aumentado, por lo que en estos momentos existe un exceso de petróleo en los mercados. Además, ni China ni los países emergentes como India están absorbiendo esa sobreoferta que existe actualmente.
Source: ABC

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