España debe recuperar su puesto en el Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo, pero para ello necesita un candidato que haga indiscutible su elección como sustituto del actual vicepresidente Víctor Constancio. El mejor de los posibles candidatos es el ministro de Economía, Luis de Guindos, pero eso, según fuentes que conocen el caso, no le gusta al actual presidente del BCE, Mario Draghi, porque piensa que la llegada de un dirigente político actualmente en el cargo sería una señal que minaría la imagen de independencia que debe mantener la máxima instancia monetaria de la zona euro. Este es el círculo vicioso en el que se está moviendo desde hace semanas esta cuestión que mantiene ocupados a analistas de Madrid, Frankfurt y Bruselas y cuyos detalles más íntimos no conocen más que media docena de personas.
La incógnita solo se desvelará el próximo día 7 cuando termina el plazo para la presentación de candidaturas al puesto que deja vacante en junio Constancio al término de su mandato de 8 años. Hasta ahora ningún país relevante ha mencionado interés alguno por el puesto. Irlanda ha hablado del Gobernador del Banco Central Irlandés, Philip Lane, pero se da por hecho que se trata de un gesto para obtener una “compensación” en otro puesto para el que si tienen verdaderas opciones. En la fundación del euro se llegó al acuerdo de que España tendría un puesto permanente en el consejo del BCE y el hecho de que lo perdiese en 2012 se ve hoy como un gesto irresponsable y erróneo. «Una auténtica salvajada» en palabras de un alto responsable del sector bancario español, «porque se envió el mensaje de que se podía prescindir de un país grande».
Sobre la designación de un candidato pesa -y mucho- la desastrosa experiencia de Luis de Guindos en la elección del presidente del Eurogrupo, algo que se le había prometido por parte de Alemania, pero que después se reveló falso. El propio ministro ha reconocido en privado sentirse «escaldado» por aquel episodio y no está dispuesto a pasar una segunda vez por la misma experiencia. También hay presiones por parte del Parlamento Europeo para que se nombre a una mujer, para reducir el desequilibrio de género, lo que en cualquier caso puede ser un factor que influya en el proceso de forma determinante. Y el peor de los ángulos es que ello obligaría a Rajoy a nombrar a un nuevo ministro de Economía, algo que probablemente no le viene bien en este momento.
En medios que conocen bien el BCE se ha apuntado como candidatura alternativa a la de Guindos la de la actual directora general de presupuestos de la Comisión Europea, Nadia Calviño, una de las figuras más brillantes en la actual legislatura europea y que proviene del ministerio de Economía. Otros señalan, sin embargo, que se requiere un perfil más vinculado a la política monetaria. Pero la mayoría de los responsable seuropeos contestan que si Guindos es candidato, será elegido con seguridad.
Source: ABC