Sebastián Pincheira, el chef de La Legua que la rompe en Europa

El Chef Sebastían Pincheira a sus 31 años ha logrado lo que pocos en Chile pueden decir, estar trabajando en las altas esferas de la cocina internacional, específicamente en el Kabuki de Málaga, España, un lugar reconocido con una estrella Michelin, el máximo galardón que se entrega a los restaurantes.

Para llegar allá no la tuvo fácil. Es un joven nacido y criado en La Legua, donde muy fácilmente te “puedes perder”, nos cuenta. Tuvo que perfeccionarse fuera del país y ha logrado estudiar con maestros en Australia y Japón. Conozcamos su historia:

  • ¿Cómo fue tu infancia, Sebastián?

Fue una infancia muy normal, con mucho cariño y apoyo de mis padres en todo momento. Haber nacido en la población La Legua te genera un entorno no usual para un niño que necesita salir a la calle tranquilo a jugar, a desarrollar su vida social sin miedos. Creo que en cierta medida esto modifica en varios aspectos tu personalidad, que sin el apoyo de tus padres y un entorno sólido puedes acabar en el lado bueno o el “no tan bueno” muy fácilmente.

  • ¿Por qué decidiste hacer algo diferente? ¿Por qué te llamó la atención tu profesión actual?

Mi gusto por la cocina se generó de pequeño. En la casa de mis padres, la cocina se encontraba en el centro de la casa y es el lugar más amplio de todos. Esto hacía que la vida familiar se desarrollase alrededor de esta. Somos muy buenos para comer la verdad… mi madre con su “mano de monja” hace unas lentejas y charquican de locos y mi papá lo que tire a la parrilla le queda bueno, así que siempre tuve ese nexo con el buen comer.

Tomé la decisión consciente de ser cocinero cuando estaba en octavo básico y decidí no seguir en el colegio científico humanista y pasarme a un técnico profesional donde impartían “Alimentación Colectiva”. Hacer ese cambio, cuando tenía sólo 13 años, fue trascendental para lo que venía después. Los profesores y los directores de mi colegio me aconsejaban que no lo hiciera ya que tenía muy buenas notas y pintaba para poder estudiar alguna carrera de las tradicionales, pero la verdad es que no me imaginaba haciendo algo que no me gustara del todo, sentado en una oficina y cumpliendo una rutina. Creía que mi experiencia familiar con la cocina la podía proyectar en un futuro en hacer algo que me llene el corazón y me haga ser feliz antes que rico.

  • Llegaste a ser el Chef Ejecutivo de una las cadenas más importantes de sushi en Chile en esa época, Sushi House

Estaba terminando mi práctica profesional después de salir de terminar el colegio. Estaba en un restaurante italiano y un amigo cocinero me dice que están buscando a alguien que haga sushi. Claro, ayudante o aprendiz, entendí yo. Te estoy hablando del 2004 cuando no había tanta popularidad del producto.

Me llené de valor y tomé el desafío, mal que mal podía aprender algo nuevo que daba luces que sería una buena opción para más adelante. Cuando me presenté en este lugar me preguntan si había hecho sushi antes. Yo sólo había tenido una clase en la escuela, nada más. La posición era para estar a cargo de la sección de makis en un pub de Tobalaba, cargo al no estaba preparado ni tenía la experiencia ¡nada! El arroz me quedó duro, los rolls desarmados, un perfecto fiasco. Recuerdo que me trataron mal, de chanta, de poco profesional y muchas otras cosas ¡Concuerdo rotundamente jajaja! Ese momento detonó en mí la necesidad de revertir la situación, más por el qué dirán, por un desafío personal.
Desde ese momento me puse el desafío de llegar lo más lejos en cocina japonesa que pudiese. Auto exigirme a lograr mi máximo desempeño.

Es así como pasa el tiempo y esa misma y constante exigencia autoimpuesta es lo que me hizo ocupar ese cargo de Chef Ejecutivo.Trabajar con más de cien personas de todas las edades, capacitándolos y estandarizando procesos en 15 sucursales, con tan solo 20 años forjó en mí aspectos profesionales que hasta el día de hoy conservo.

  • ¿Por qué decidiste partir fuera de Chile? Tenías todo para seguir triunfando aquí

Se conjugaron algunos factores personales y profesionales que hicieron que tomara la decisión de partir a buscarme la vida, primero a Australia. El objetivo allá eran varios, aprender inglés, desarrollar mi independencia pero por sobre todo seguir aprendiendo de la cocina japonesa. Es como el dicho: “Si la montaña no viene a mi, yo voy a la montaña”. Es así como emprendí esta experiencia de casi 5 años viviendo en Australia, lo que me abrió la puerta para luego irme a vivir a Japón y trabajar ahí en el restaurante de un chef que trabajó conmigo en Melbourne, además, coincidentemente conocía a un japonés que tenía un restaurante en España en donde trabajé hasta el mes de julio recién pasado. Todo esto originó muchos cambios, aprendizaje que me han ido forjando un carácter en la cocina muy distinto al inicial.

  • Pero otra vez decidiste irte… esta vez, entiendo que a estudiar

Sentía que faltaba un último paso para cerrar el primer ciclo profesional. Venirme a España a estudiar Gestión e Innovación en restaurantes al Basque Culinary Center significaba ese cierre de ciclo perfecto. Aprender y reforzar conocimientos del área de los números y gestión de un restaurante suponía una conciliación de una manera de ver y pensar la cocina. para después esto poder plasmarlo a futuro en un proyecto propio.

Luego de finalizar este Master, me ofrecieron ser parte de un restaurante japonés en el sur de España. Dicho restaurante cuenta con una estrella Michelin, galardón que significa un gran nivel de servicio y comida, esto es un nuevo y gran desafío de exigencia, profesionalismo y estándar de calidad que me genera motivación a seguir mejorando constantemente como parte de un equipo de grandes maestros.

  • ¿Qué viene para el futuro, Seba?

Me gustaría hacer muchas cosas más aquí. Quizás me quede un par de años más o quién sabe. Ahora me tomo las cosas con más calma, reflexiono más.

  • ¿Piensas volver a Chile?

Siempre está esa necesidad y deber. Creo que Chile es el país en donde me gustaría hacerme viejo y desarrollar un proyecto que plasme esta historia de vida, que devuelva la mano y genere la ilusión en otras personas a lograr sus objetivos a través de herramientas como la cocina y sus diferentes disciplinas.

  • ¿Qué te gustaría hacer aquí?

Me gustaría montar mi propio restaurante, en donde pueda desarrollar ideas, conceptos y percepciones de la cocina que he acuñado en todos estos años.

  • ¿La cocina puede ser un motor de cambio social?

En algo en que no tengo ninguna duda es en este punto. Creo que cualquier joven que vea a través de la cocina un camino para generar cambios en su entorno cercano y destino a futuro, debe ser fiel a sus convicciones y trabajar duro para ello. Ser consciente que sin esfuerzo no hay recompensa.

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Source: Sabrosia

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