Dijo que había creado un invento revolucionario y que unos ninjas se lo robaron

El joven se hizo famoso en Argentina por un invento que nunca existió. Hoy, 17 años después y mientras maneja un camión, cuenta qué lo llevó a engañar a todo un país. Marcos Castagno, un joven de la provincia de Córdoba, Argentina, se hizo famoso en el año 2000 por un invento que decía haber creado: una cafetera parlante multifunción. Ese prototipo, sin embargo, nunca existió.

Dijo que había creado un invento revolucionario y que unos ninjas se lo robaron

El entonces estudiante de ingeniería se mantenía con una pequeña ocupación y una beca, pero debido al contexto económico desfavorable, perdió su fuente de ingreso y decidió recurrir al engaño para poder seguir estudiando. Su abuelo también se había quedado desempleado, y para Marcos, dejar de estudiar no era una opción.

«Tenía que inventar algo»

«Tenía que salir a buscar una beca porque no podía seguir estudiando. Tenía que inventar algo. Y si era necesario, también mentir», declaró Marcos al diario ‘Día a Día’.

Todo empezó hace 17 años, cuando el joven les contó a sus amigos más cercanos que estaba trabajando en un proyecto en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) con el que competía con otras universidades. Según sostenía en ese momento, había desarrollado el prototipo de una cafetera que no solo preparaba café: el dispositivo tenía la capacidad de guiar al usuario a través del transporte público, así como proporcionar información disponible en las guías telefónicas. Todo esto, en cinco idiomas.

«Me cansé de firmar autógrafos»

Una vez que su engaño tomó vuelo propio, no tuvo más opción que seguir el juego y no se le ocurrió mejor idea que decir que había obtenido una beca en Japón. La noticia corrió por su pueblo hasta que el director del colegio en el que había estudiado lo invitó a dar una charla ante estudiantes para motivarlos. Luego lo entrevistaron en una radio local y en un periódico de Buenos Aires. A partir de ahí, todo se fue de sus manos y hasta llegó a sacarse una foto con el gobernador de su provincia. Sin embargo, finalmente su mentira fue noticia a nivel nacional.

«Vivía en el aire. De mendigar una beca pasé a que me parasen en la peatonal para abrazarme. Me cansé de firmar autógrafos esos días», recuerda.

Acorralado por su propio engaño, Marcos denunció que un grupo de ninjas lo había interceptado en el aeropuerto de São Paulo, Brasil, y que le habían robado los planos de su invento. También declaró ante la prensa que un inexistente coordinador de la también inexistente Fundación Motorola ―quienes supuestamente lo apoyaban en su proyecto― había recibido un balazo. Cuando los medios de comunicación se pusieron en contacto con funcionarios y con la empresa Motorola para verificar la información, la mentira del joven estudiante quedó expuesta definitivamente.

Hoy, 17 años después, Marcos trabaja manejando un camión y vive con su familia en Las Tejitas, provincia de Salta. Desde allí recuerda esta etapa con algo de nostalgia y pena: «Quizá si hubiese tenido una beca, mi destino no hubiese sido el camión, sino una empresa de electrónica. No hay las mismas condiciones para todos los que quieren estudiar. Sí, en la universidad no te cobran, pero tenés que tener mucha plata para la logística», concluyó.

Fuente: actualidad.rt / MF

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Source: Informe21

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