Martin supera el "muro Dúbravka" e impulsa a Escocia

Un gol de Chris Martin en el minuto 89 impulsó a Escocia hacia la victoria ante Eslovaquia (1-0), que contó con un muro casi impenetrable llamado Martin Dúbravka con el que su selección estuvo a punto de arañar un punto gracias a sus múltiples paradas.

El estadio de Hampden Park acogió otro de los duelos clave del grupo F, uno de los más apretados para conseguir uno de los segundos puestos que dan derecho a la repesca. Eslovaquia y Escocia, separadas por un punto antes de empezar el choque, disputaron noventa minutos prácticamente a vida o muerte.

Escocia, arropada por 50.000 espectadores deseosos de ver a su equipo clasificarse para un Mundial (no participa en uno desde Francia 1998 y no juega la Eurocopa desde Inglaterra 1996), fue clave en los primeros arranques del cuadro dirigido por Gordon Strachan.

El gran ambiente de Hampden Park propició un inicio fulgurante escocés, que comenzó el choque con fuerza y con una presión asfixiante que provocó el primer gran duelo entre Leigh Griffiths y Dúbravka. El delantero del Celtic  Glasgow tuvo pronto su primer encontronazo con el guardameta del Sparta Praga con un cabezazo que Dúbravka salvó con una mano imposible.

Fue su gran parada de la noche, pero no la única. A lo largo del choque desquició a Griffiths y al resto de sus compañeros con varias intervenciones que sostuvieron a una selección que también contó con algunos instantes de inspiración para asustar al público escocés.

Y eso que durante 67 minutos jugó con un futbolista menos por la expulsión de Robert Mak por doble tarjeta amarilla, la segunda de ellas por un piscinazo clarísimo que no perdonó el árbitro del choque, el serbio Mirolad Mazic.

Mak dejó a Eslovaquia con un jugador menos y, pese a su irresponsabilidad, el conjunto centroeuropeo, durante el resto de la primera parte, encajó bien el golpe. Apenas tuvo un susto, de nuevo en las botas de Griffiths, que, como no, chocó otra vez con Dúbravka después de lanzar un zapatazo desde fuera del área.

En la segunda parte Escocia tocó la corneta y se lanzó a por su rival sin piedad e inició su arsenal de ocasiones para llevarse los tres puntos. La lista fue amplia y el muro que impidió que se celebrara un gol en Hampden Park tuvo un nombre: Dúbravka.

Primero, lo intentó Griffiths con un cañonazo desde fuera del área que despejó el guardameta eslovaco a córner; después, Chris Martin remató un balón al larguero en el minuto 69; poco después, Griffiths se chocó con el palo en un lanzamiento de falta; y James Morrison, en un mano a mano, se encontró con otro paradón de Dúbravka.

En medio del asedio, Eslovaquia tuvo su oportunidad en las botas de Jan Gregus, que fue el único que consiguió inquietar a Escocia tras culminar un contragolpe que acabó salvando Gordon con una gran intervención.

Todo parecía destinado a ser el partido de los porteros. Nadie era capaz de marcar un gol. La culpa, sobre todo, la tenía Dúbravka, inexpugnable hasta que en el último minuto, cuando apareció Chris Martin para, por fin, superar a un hombre que parecía impenetrable con un remate forzado desde dentro del área pequeña.

El tanto de Martin dio tres puntos clave a Escocia, que se asentó en la segunda posición del grupo F con dos puntos de ventaja sobre Eslovaquia y tres sobre Eslovenia, su último rival y que este jueves perdió ante Inglaterra en el tiempo de descuento.

Fuente: EFE.

Source: Meridiano

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